CHAO, PLACIO. Nunca más, querido Placio, hemos de aguardar la aurora reducidos al abrazo desta soledad sonora, ensimismados los dos en la dulce mecedora. He estado, Placio, sin fin aspirando tu suspiro, pendiente, Placio, de ti como pendiente de un hilo, viviendo de tu vivir, espada de doble filo. Mas esto ya se acabó, recupero mi destino, pierdo y gano una ocasión, quizá soñaré contigo... no sé, Placio, corazón, ya no sé lo que me digo, ... y adiós. P.D.- Adiós, Placio, me olvidé de dejarte alguna nota explicándote por qué... pero quizás no te importa... ...ay, no sé qué decir... Placio, adiós, me voy con otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario