sábado, 13 de febrero de 2021

GANADERÍA INTERVENIDA.

 

En el pasado, en el Concilio de Constantinopla, el espíritu ha sido eliminado, se ha instituido un dogma: el hombre sólo está formado por un alma y un cuerpo; hablar de espíritu es una herejía. 

Se aspirará bajo otra forma a eliminar el alma, la vida del alma. Y llegará el momento, tal vez en un futuro no muy lejano, en el que, en un Congreso como el que se ha celebrado en 1912, veremos desarrollarse algo muy distinto, en el que harán su aparición otras tendencias, en el que se dirá: hablar de espíritu y de alma es patológico; sólo son saludables las personas que sólo hablan del cuerpo. El hecho de que un ser humano se desarrolle de tal manera que llegue a creer que existe un espíritu o un alma es un síntoma patológico.

Esta gente será gente enferma, y se encontrará una cura, estén seguros, el remedio que actuará sobre este mal. En el pasado, se ha  eliminado el espíritu. El alma será eliminada mediante el medicamento. Partiendo de una "visión sana de las cosas", se encontrará una vacuna, mediante la cual se tratará al cuerpo desde la más temprana juventud, si es posible desde el mismo nacimiento, para que el cuerpo no llegue a pensar que hay un alma y un espíritu.
Las dos corrientes, las dos concepciones del mundo se opondrán radicalmente. Una reflexionará sobre cómo desarrollar conceptos y representaciones que estén en consonancia de la verdadera realidad, la realidad del alma y del espíritu. Los otros, los sucesores de los actuales materialistas, buscarán la vacuna que hará que los cuerpos estén "sanos", es decir, constituidos de tal manera que ya no se hablará de los sinsentidos que son el alma y el espíritu, sino, porque serán "sanos", de las fuerzas mecánicas y químicas que, desde la nebulosa cósmica, han constituido los planetas y el sol.

Esto se logrará mediante la manipulación de los cuerpos. Se confiará a los médicos materialistas la tarea de librar a la humanidad de las almas.
Sí, aquellos que creen que se puede predecir el futuro con la ayuda de ideas que juegan con la realidad están muy equivocados. Hay que mirar el futuro utilizando conceptos pensados seriamente, bien fundamentados y profundos. La Ciencia Espiritual no es un juego, no es sólo una teoría. Está, en frente de la evolución, un deber que hay que cumplir.


Os he explicado que los espíritus de las tinieblas soplarán a sus huéspedes, a los hombres que habitarán, para descubrir una vacuna que pueda desde la primera juventud, a través del cuerpo, extirpar la tendencia a la espiritualidad.
Hoy vacunamos contra tal o cual enfermedad: en el futuro, los niños serán vacunados con un producto que puede estar muy bien compuesto, y que impedirá que los niños desarrollen en ellos las "locuras" de la vida espiritual - "locuras" en la perspectiva materialista, por supuesto.


Extractos  de "La  caída de los espíritus  de la oscuridad" de Rudolf Steiner.


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