sábado, 23 de mayo de 2020

GANADERÍA INDUCTIVA.


La obediencia está en la base de todo sistema social y, en consecuencia, en todo sistema de poder. Especialmente desde que la coerción física y el sometimiento por la fuerza han pasado a un segundo plano en las actuales sociedades capitalistas.
¡Ojo! Han pasado a un segundo plano, no han desparecido. El matiz no es pequeño.

La obediencia tiene unas bases tanto individuales como sociales y consecuencias en ambos planos.
En el plano individual está la sumisión ideológica, la aceptación acrítica de la interpretación de la realidad que la autoridad (en el ámbito que sea) ofrece. Esto provoca la falta de responsabilidad personal sobre lo que se hace puesto que simplemente hacemos lo que el poder nos indica, por tanto, nos parece que no hacemos nada incorrecto. Probablemente, la obediencia es la conducta más reforzada durante la trayectoria vital del individuo.

Es importante resaltar el principio de jerarquía, su necesidad modelada durante siglos hasta hacer prácticamente impensable un modelo social no jerarquizado. Esto entronca con las bases sociales de la obediencia. Fromm hablaba del carácter social como la estructura que caracterizaba a un grupo. Esta estructura mantiene el funcionamiento social una vez que todos los componentes del grupo han hecho suyo el deseo general, es decir, cuando los que ostentan los medios para ejercer el poder consiguen que todos hagan suyos sus deseos.

Quebrantando el silencio. Blog.


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