sábado, 1 de agosto de 2020

ECUMENISMO TERMINAL.


Hay que reconocer que los sicarios del kaliyuga están haciendo muy bien su trabajo de fin de carrera.

Es su momento de gloria, no hay más que ver como los indoctrinados fieles de esta nueva religión totalitaria tecnomedicalizada nos movemos por su mundo supercontrolado como Pedro por su casa pensando, claro está, que todo es por nuestro bien y ajenos a la más leve sospecha de que, una vez más, nos están tomando el pelo.

En la religión de antaño se nos impusieron medallas y escapularios, y el agua bendita, que nos libraban de todo mal. Ahora no.
En la nueva religión se nos imponen rituales de purificación hidroalcohólica aderezados con la inhalación diaria de gases biológicamente reciclados con efecto infiernadero.

Y es gracias a eso que nos estamos salvando, sin saber muy bien de qué.
Misteriosos misterios de la nueva Teología Terminal.

Pero todo se andará, el karma es una función matemática.


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