miércoles, 25 de noviembre de 2020

ERIS.

 

Eris es un planeta enano que se encuentra en el disco disperso, por lo que se clasifica como un SDO (Scattered disk objects) y un plutoide. Recordemos que los plutoides son todo planeta enano que se encuentra más allá de la órbita de Neptuno. 

Eris pertenece a una clase de cuerpos que han sido arrastrados a una órbita más lejana de lo habitual por interacciones gravitatorias con Neptuno en las etapas iniciales de la formación del Sistema Solar.
Cuenta con un satélite natural al que se le ha dado el nombre de Disnomia.


En la mitología griega Disnomia era la demonio o espíritu que personificaba el desorden civil y la ilegalidad.
Como los otros grandes males de la humanidad, Disnomia era hija de Eris, la discordia, sin que se atribuya padre alguno.
En su actuar era compañera de Adikia (la injusticia), de Ate (la ruina) y de Hibris (la violencia), siendo su demonio opuesto Eunomia (el orden cívico).


En la mitología griega, Eris, o Éride, es conocida como la personificación de la discordia. Se trata de una diosa cruel que busca constantemente el conflicto. Considerada hermana de Ares (dios de la guerra), cuenta con hijos como la Pena, el Olvido, el Hambre, el Dolor y el Juramento.
Si bien es cierto que la diosa es conocida por provocar todo tipo de conflictos en la tierra, el más importante y destacado es el de la Guerra de Troya; y es que Eris, es la diosa que lanzó la famosa manzana con la que Paris debía elegir a la diosa más hermosa.
Al parecer, debido a su carácter desagradable, los dioses no eran muy partidarios de Eris. No les gustaba coincidir con ella, algo lógico y normal cuando la diosa siempre terminaba por crear conflictos.

En la mitología romana, Eris es asociada a la diosa Discordia, la cual cuenta con unas características, si no iguales, muy parecidas.

La Wiki.



Eris podría tratarse de un planeta de tierra, femenino (pasivo), maléfico, transpersonal (compulsivo), trasgresor, realista, intelectual, tecnológico, materialista.

Guardaría analogía con los aparatos de detección y medida más avanzados, la tecnología punta (informática, robótica, microcirugía, digitalización), el rigor científico y la falta del mismo, la contabilidad creativa, la especulación financiera y dialéctica, la telebasura, internet, el fraude alimentario, la publicidad engañosa, la corrupción política y en el sector de la construcción; el consumismo, y, en otro orden de cosas, por incluir tendencias actuales, las “salidas del armario” y otras liberaciones sexuales y la homosexualidad femenina en particular.

Sergio Rivillo Corral.

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