lunes, 23 de noviembre de 2020

INFORMATIVOS.


En “Advaitaholics Anonymous“, Shiv Sengupta escribe sobre los maestros, prácticas, rituales y comunidades que componen la cultura espiritual y se interponen en nuestro camino.

Esta “cultura de la espiritualidad” es un señuelo, una distracción diseñada para mantener nuestra visión alejada de lo evidente. Mientras sigamos subcontratando la búsqueda de la verdad con intermediarios e instituciones (que están felices de complacernos) la única verdad que podemos esperar encontrar es algo que carece de sustancia real.

La industria espiritual nos vende promesas y fantasías adictivas. El objetivo de un buen negocio es retener a los clientes, mientras que el objetivo de una buena enseñanza es que el maestro se vuelva obsoleto; pero la mayoría de los maestros espirituales y gurús actúan desde el modelo de negocio, aunque se disfrazan como un modelo de enseñanza.

Somos consumidores espirituales, buscando desesperadamente evitar las duras realidades de la vida, para lo que creamos burbujas de seguridad psicológica dentro de las cuales esperamos vivir el resto de nuestras vidas.

“Se habla de no depender de las autoridades externas que se lanzan por ahí, pero pocas personas entienden lo que eso significa realmente. Significa estar a la deriva en el océano sin un salvavidas, acostumbrarse a la incertidumbre como un compañero constante, significa caminar por bosques oscuros sin un mapa. Es mucho más fácil decirlo que hacerlo”.

Humor zen. Blog.





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