jueves, 14 de enero de 2021

INFORMATIVOS.

 

 «La maldad administrativa» implica que los administradores se centren en desarrollar los métodos correctos y los pasos adecuados para lograr un objetivo de la manera más eficiente posible. Pero lo hacen sin reconocer que esos medios son inmorales, ilegales y carentes de ética, sin reconocer la realidad de los maltratos –y sus horrendas consecuencias– que generan sus políticas y sus prácticas. 
Los culpables de esta maldad administrativa pueden ser grandes empresas, cuerpos de seguridad, instituciones penitenciarias, fuerzas armadas, centros gubernamentales y también grupos revolucionarios radicales.
 El profundo concepto de la «maldad administrativa» ha sido desarrollado por Guy B. Adams y Danny L. Balfour en su provocador libro Unmasking Administrative Evil, edición revisada (Nueva York: M. E. Sharpe, 2004).



La investigación de los correlatos de la personalidad que diferencian a las personas «obedientes» de las «rebeldes» sólo revela unos pocos factores significativos. Quienes obtienen unas puntuaciones elevadas en una medida de la personalidad autoritaria tienden más a obedecer a la autoridad, mientras que los rebeldes obtienen unas puntuaciones más bajas.
Véase A. C. Elms y S. Milgram, «Personality Characteristics Associated with Obedience and Defiance Toward Authoritative Command», Journal of Experimental Research in Personality (1966), págs. 282-289.

Otra variable que puede influir en la tendencia a obedecer o desobedecer es la creencia en que la propia vida está regida por influencias externas o internas: quienes creen que su conducta está controlada por fuerzas externas son más obedientes. Del mismo modo, en un estudio con sujetos cristianos la obediencia era mayor entre quienes creían que su vida estaba sometida al control divino; en cambio, quienes no lo creían tendían a rechazar la autoridad tanto científica como religiosa.
Véase Tom Blass, «Understanding Behavior in the Milgram Obedience Experiment: The Role of Personality, Situations, and Their Interactions», Journal of Personality and Social Psychology 60 (1991), págs. 398-413.

Philip Zimbardo. El efecto lucifer.


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