jueves, 30 de abril de 2020

GANADERÍA FINANCIERA.


Los banqueros masónicos durante los últimos veinte años han prestado dinero a los gobiernos de las naciones industriales, a los que les resulta cada vez más y más difícil pagar su enorme deuda. El sector privado (es decir: masónico) se ha convertido exactamente mucho más rico. Este poder monetario (masónico) tiene el dinero suficiente para detener a cualquier político intransigente. Los políticos elegidos por el pueblo ya no tienen ningún medio para realizar las políticas que desean. No pueden recuperar su poder hasta que se paguen las deudas. Por cada dólar en préstamo, los políticos renuncian a más poder.
Los países en desarrollo se encuentran en una situación mucho peor. Ni siquiera son capaces de pagar los intereses de sus préstamos.


 En agosto de 1.932, el Ayuntamiento de Worgl (Austria) emitió sus propios billetes de banco, denominados certificados de trabajo, por un valor de 32.000 chelines. Apoyados por un importe equivalente de chelines ordinarios del Banco, la ciudad puso en circulación 12.600 certificados de trabajo.
La tasa sobre el uso del dinero era del 1 % mensual o del 12 % anual. Esta tasa debía pagarla la persona que tuviera el billete al final del mes, en forma de un sello, que se enganchaba en el dorso, de un valor del 1% del billete.
Se construyó una pista de esquí, se renovaron las calles, así como el sistema del canal. Construyeron puentes, mejoraron las carreteras y los servicios públicos y pagaron los salarios y materiales de construcción con este dinero, que era aceptado por el carnicero, el zapatero, el panadero, por todos. El módico precio hizo que todo el mundo pusiera en circulación este dinero antes de utilizar el dinero "real".
Al cabo de un año, los 32.000 certificados de trabajo habían sido puestos en circulación 463 veces y por tanto habían hecho posible el intercambio de bienes y servicios por un valor de 14.816.000 chelines. En comparación con la débil moneda nacional circularon ocho veces más rápido. El desempleo se redujo un 25 por ciento en un año.


Cuando 130 comunidades de Austria comenzaron a interesarse en la adopción de este modelo, el 1 de septiembre de 1.933 el Banco Nacional de Austria prohibió la impresión de cualquier moneda local. Volvió el paro, la prosperidad desapareció y la situación estaba "normalizada", es decir francmasonizada.

Juri Lina. Arquitectos del engaño.


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