lunes, 4 de julio de 2011
ZOOCIEDAD.
TEXTOS DE IBN ASAD:
Devastación de la mujer; actualización secular del arquetipo femenino: Galton, Wells, Huxley, Russell (todos ellos hombres)… todos hicieron explícito identificar a la familia tradicional como el enemigo a batir en su “sociedad ideal”. Si meditamos en ello es lógico que no haya nada más temible para los globalistas que la capacidad de amor, protección y ternura innatas en toda mujer. Si la fuerza política quiere adoctrinar a las nuevas generaciones, saben que tienen que: a) aniquilar a las madres; o b) convertir a las madres en estériles repetidores de propaganda. ¿Qué hicieron? Hicieron ambas cosas.
Devastación del varón; actualización secular del arquetipo masculino: ¿Qué está ocurriendo con los hombres? Lo mismo que con las mujeres. Han conseguido neutralizar los activos viriles que necesita toda comunidad para defenderse: el vigor, la valentía y la lealtad. Para ello, la ingeniería social globalista se ha servido de instrumentos de programación de las masas, como el deporte. Los instintos tribales de agrupación y defensa son controlados a través de espectáculos deportivos. Han conseguido que la furia de un varón ante la injusticia, la barbarie y el ultraje, se controle y se canalice a través de la simpatía sentimental hacia un equipo deportivo. Han conseguido disfrazar el sentimiento de pertenencia a una comunidad con los colorines de las camisetas, las mascotas y los aros olímpicos. Han conseguido captar la atención del varón con una simulada pantomima de valores heroicos, sin ningún heroísmo ni ningún valor. Eso es el deporte.
TEXTO DE PRADO ESTEBAN DIEZMA:
En la actualidad la crianza ha sido enajenada de la comunidad de los iguales para ser dominio de los expertos,extendiendo la idea de que las madres y los padres no son competentes para educar a sus hijos,que no pueden guiarles ni comprenderles si no se ponen en manos de las autoridades del sistema. Se explica tal acontecimiento,no como lo que es, una pérdida,sino como una adquisición,argumentando que las familias tienen derecho a recibir del Estado la asistencia a las necesidades de sus hijos,embelleciendo el rostro de la máquina estatal capitalista que aparece como la locomotora del progreso social y la emancipación de los ciudadanos,sobre todo de las ciudadanas que se ven "liberadas" de la carga de sus hijos para poder entregarse al trabajo productivo y el consumo de productos y diversiones.
Devastación de la mujer; actualización secular del arquetipo femenino: Galton, Wells, Huxley, Russell (todos ellos hombres)… todos hicieron explícito identificar a la familia tradicional como el enemigo a batir en su “sociedad ideal”. Si meditamos en ello es lógico que no haya nada más temible para los globalistas que la capacidad de amor, protección y ternura innatas en toda mujer. Si la fuerza política quiere adoctrinar a las nuevas generaciones, saben que tienen que: a) aniquilar a las madres; o b) convertir a las madres en estériles repetidores de propaganda. ¿Qué hicieron? Hicieron ambas cosas.
Devastación del varón; actualización secular del arquetipo masculino: ¿Qué está ocurriendo con los hombres? Lo mismo que con las mujeres. Han conseguido neutralizar los activos viriles que necesita toda comunidad para defenderse: el vigor, la valentía y la lealtad. Para ello, la ingeniería social globalista se ha servido de instrumentos de programación de las masas, como el deporte. Los instintos tribales de agrupación y defensa son controlados a través de espectáculos deportivos. Han conseguido que la furia de un varón ante la injusticia, la barbarie y el ultraje, se controle y se canalice a través de la simpatía sentimental hacia un equipo deportivo. Han conseguido disfrazar el sentimiento de pertenencia a una comunidad con los colorines de las camisetas, las mascotas y los aros olímpicos. Han conseguido captar la atención del varón con una simulada pantomima de valores heroicos, sin ningún heroísmo ni ningún valor. Eso es el deporte.
TEXTO DE PRADO ESTEBAN DIEZMA:
En la actualidad la crianza ha sido enajenada de la comunidad de los iguales para ser dominio de los expertos,extendiendo la idea de que las madres y los padres no son competentes para educar a sus hijos,que no pueden guiarles ni comprenderles si no se ponen en manos de las autoridades del sistema. Se explica tal acontecimiento,no como lo que es, una pérdida,sino como una adquisición,argumentando que las familias tienen derecho a recibir del Estado la asistencia a las necesidades de sus hijos,embelleciendo el rostro de la máquina estatal capitalista que aparece como la locomotora del progreso social y la emancipación de los ciudadanos,sobre todo de las ciudadanas que se ven "liberadas" de la carga de sus hijos para poder entregarse al trabajo productivo y el consumo de productos y diversiones.
domingo, 3 de julio de 2011
divagaciones en torno al Centro.
56.-CRECIMIENTO.
-Es maravilloso sentir como el Centro crece dentro de mí.
-Ya te lo dije.Es una sensación extraña,pero agradable.
-Sí.Y misteriosa.Sabes que está ahí,pero no puedes verlo.
-Pero lo notas.Sobre todo cuando es un poco más grande.
-Qué nervios.Tengo ganas de que se mueva.
-Dentro de nada,ya verás.
-Me han dicho que muerde.¿Es verdad?.
-No te lo creas.Son exagaraciones.
-No sé... Tengo un poco de miedo.
-Es natural,no te preocupes.Si va bien es agradable.
Compensa.
-Menos mal.Oye,¿Y si no tengo nada?.
-Mmmm...¿nada?.No sé.
-Es maravilloso sentir como el Centro crece dentro de mí.
-Ya te lo dije.Es una sensación extraña,pero agradable.
-Sí.Y misteriosa.Sabes que está ahí,pero no puedes verlo.
-Pero lo notas.Sobre todo cuando es un poco más grande.
-Qué nervios.Tengo ganas de que se mueva.
-Dentro de nada,ya verás.
-Me han dicho que muerde.¿Es verdad?.
-No te lo creas.Son exagaraciones.
-No sé... Tengo un poco de miedo.
-Es natural,no te preocupes.Si va bien es agradable.
Compensa.
-Menos mal.Oye,¿Y si no tengo nada?.
-Mmmm...¿nada?.No sé.
OCASO.
Un cuerpo yace ignorado
bajo el último sol
de algún planeta muerto.
Mudo rumor
de piedras expectantes.
La urgencia de vivir retorna
con el calor
de la fecunda noche.
Un cuerpo yace ignorado
bajo el último sol
de algún planeta muerto.
Mudo rumor
de piedras expectantes.
La urgencia de vivir retorna
con el calor
de la fecunda noche.
LAS ORDENES Y LA COMPLACENCIA
Recientemente me han preguntado si era verdad en términos absolutos una afirmación que hice de que nunca había recibido una orden ni de mi madre ni de mi padre, pues parece que una cosa así es difícil de creer en el mundo en el que vivimos, y sin embargo tengo que decir que sí, que es absolutamente cierto.
La verdad simple y sencilla es que amar es complacer al ser amado, y si yo deseo complacer los deseos de los seres que amo, y si los seres que me aman desean complacer mis deseos, las órdenes carecen de sentido. El sistema libidinal es el sistema de relación humano normal, que para eso existe. Las órdenes y la obediencia pertenecen a un sistema jerárquico artificial.
Complacer a los seres queridos es una cualidad del amor, una cualidad humana. No es cosa exclusiva de las madres-marujas que no tienen nada mejor a lo que dedicarse. Decirlo tendría que resultar casi tautológico, si no fuera por el magma dogmático que impide ver lo evidente.
Cuando ocurre que unos y otros deseos son incompatibles (yo quiero ir al cine y tú quieres ir al fútbol, por ejemplo), se hablan las cosas para tomar una decisión, pero fijémonos que los argumentos que cada cual emplea en general son para favorecer el cumplimiento del deseo del otr@.
Entre seres que se quieren no se resuelven las cosas con la imposición de la voluntad de un@ sobre la del otr@, las dificultades transcurren por otro camino.Y ello es así por la cualidad de la libido, que hace que la felicidad o el bienestar del ser amado sea mi felicidad y mi bienestar: en ello consiste la relación amorosa, que no tiene nada de mágico ni de espiritual, como lo prueba la producción de endorfinas y de las hormonas del estado amoroso; y como lo prueba también la propia sensación y percepción corporal de ese estado amoroso, lo que sentimos, y cómo se fija lo que sentimos, los sentimientos.
Los sentimientos fijan, hacen y conforman la estructura psíquica para la complacencia. Todas las sublimaciones y misticismos se hacen tan sólo
para justificar la existencia de lo que sentimos en el estado amoroso, y arrebatarle su función de relación fraterna.
La actitud general de una madre o de un padre de complacer los deseos de sus hij@s es fundamental para que crezcan desarrollando también su capacidad de complacencia y de amar. Dicha actitud implica una confianza en la capacidad de amar de las criaturas humanas y en que se pueden desarrollar de ese modo.
En este contexto dar una orden es una ofensa y una humillación, un atentado a la integridad y a la dignidad de sus hij@s, y supone la desnaturalización de las relaciones entre madre-padre e hij@s.
Quiero precisar que el empleo del término ‘vía’ (vía de la complacencia o vía de la autoridad) es porque efectivamente no se trata de actitudes concretas o puntuales, sino de la actitud general que se desprende del estado amoroso, y de las relaciones dinámicas que se establecen desde ese estado.
Si desde el principio una criatura ha sido tratada con actitud amorosa y
complaciente, su actitud general será también amorosa y complaciente; y a nadie se le ocurre plantear las cosas en términos de órdenes y de obediencia; tales cosas ocurrirán en el colegio, porque allí es otra cosa, no son relaciones desde los estados amorosos.
Si una criatura desde el principio es tratada con órdenes y sus deseos han sido tratados como caprichos improcedentes, las cosas transcurren por otro camino diferente. El camino de la guerra con l@s niñ@s, de los berrinches, de las pataletas, de los chantajes, etc. Pero aquí lo que he observado es que quizá no a la primera, pero sí a la segunda o a la tercera, la criatura humana es capaz de reaccionar y de situarse en la vía
de la confianza y de la complacencia, porque todavía no tiene demasiado atrofiada su capacidad amatoria.
Lo que la situación actual esconde es que hay una falsa noción del amor, lo que se llama amor no es amor verdadero. En el estado amoroso a nadie se le ocurre dar órdenes, sino hablar, explicar las cosas, aplicarse en la resolución de las decisiones con mutuo mimo y cuidado, para conseguir lo mejor para el ser querido.
Detrás de la vía autoritaria hay una ignorancia de lo que es la criatura humana, una ignorancia y una desconfianza en sus capacidades y cualidades.
¿Es posible entonces educar “sin poner límites”?.¿Por qué la mayoría de los padres creen que es necesario “poner límites”?.
Los límites no tienen nada que ver con el tipo de relación entre las personas que se encuentran dentro de esos límites. La complacencia se produce siempre dentro de unos límites, de lo que es posible.
La cuestión no está en los límites (los límites se utilizan como excusa), sino en el tipo de relación desde la que se abordan los límites, lo que podemos o no podemos hacer. Los padres siguen la inercia social y desconocen la vía de la complacencia porque nadie la practicó nunca con ell@s, y por ello no saben que existe ni saben cómo son sus hij@s y de lo que son capaces. Desconocen la capacidad de amar, de complacer, de entender, de tener iniciativas y de ser responsables de sus actos, es decir,las cualidades de sus hij@s.
Y tratándoles como si no tuvieran esas cualidades, como si fueran egoístas, tontos, inútiles, irresponsables, etc., les atrofian y les hacen egoístas,tontos, inútiles e irresponsables. Esto es lo que explica Ruth Benedict en su Continuities and Discontinuities in cultural conditioning.
Detrás de la supuesta protección que damos a nuestr@s hij@s lo que se ejerce es una mutilación de sus principales cualidades, un bloqueo de su desarrollo justo en el momento del que más depende su formación.
Este es uno de los aspectos más importante de ese magma dogmático que sustenta nuestra sociedad basada en la dominación: no sabemos de que están hechas las criaturas humanas. La preguntas y el asombro que suscita mi afirmación de que ni mi madre ni mi padre me dieron jamás una orden, ni grande ni pequeña, da la medida del dogma que sustenta la dominación. ¡Si hasta la relación con la carne de mi carne tiene que ser de imposición y de dominación, como no va a ser así en el resto de la sociedad!.
Y sin embargo lo que tendría que ser difícil de creer sería lo contrario, que una madre o un padre mantuvieran con sus hij@s una relación que no fuera la basada en la complacencia.
En resumidas cuentas, cuando se ama a una persona se desea complacer sus deseos para hacerla feliz. Y si esa persona también me ama, también desea complacer mis deseos para hacerme feliz. La relación entre las dos personas es de mutua complacencia, y en una relación de mutua complacencia las órdenes carecen de sentido.
Ciertamente la cuestión suscitada nos coloca en la frontera del dogma conceptual básico de la dominación.
Casilda Rodrigáñez.
Recientemente me han preguntado si era verdad en términos absolutos una afirmación que hice de que nunca había recibido una orden ni de mi madre ni de mi padre, pues parece que una cosa así es difícil de creer en el mundo en el que vivimos, y sin embargo tengo que decir que sí, que es absolutamente cierto.
La verdad simple y sencilla es que amar es complacer al ser amado, y si yo deseo complacer los deseos de los seres que amo, y si los seres que me aman desean complacer mis deseos, las órdenes carecen de sentido. El sistema libidinal es el sistema de relación humano normal, que para eso existe. Las órdenes y la obediencia pertenecen a un sistema jerárquico artificial.
Complacer a los seres queridos es una cualidad del amor, una cualidad humana. No es cosa exclusiva de las madres-marujas que no tienen nada mejor a lo que dedicarse. Decirlo tendría que resultar casi tautológico, si no fuera por el magma dogmático que impide ver lo evidente.
Cuando ocurre que unos y otros deseos son incompatibles (yo quiero ir al cine y tú quieres ir al fútbol, por ejemplo), se hablan las cosas para tomar una decisión, pero fijémonos que los argumentos que cada cual emplea en general son para favorecer el cumplimiento del deseo del otr@.
Entre seres que se quieren no se resuelven las cosas con la imposición de la voluntad de un@ sobre la del otr@, las dificultades transcurren por otro camino.Y ello es así por la cualidad de la libido, que hace que la felicidad o el bienestar del ser amado sea mi felicidad y mi bienestar: en ello consiste la relación amorosa, que no tiene nada de mágico ni de espiritual, como lo prueba la producción de endorfinas y de las hormonas del estado amoroso; y como lo prueba también la propia sensación y percepción corporal de ese estado amoroso, lo que sentimos, y cómo se fija lo que sentimos, los sentimientos.
Los sentimientos fijan, hacen y conforman la estructura psíquica para la complacencia. Todas las sublimaciones y misticismos se hacen tan sólo
para justificar la existencia de lo que sentimos en el estado amoroso, y arrebatarle su función de relación fraterna.
La actitud general de una madre o de un padre de complacer los deseos de sus hij@s es fundamental para que crezcan desarrollando también su capacidad de complacencia y de amar. Dicha actitud implica una confianza en la capacidad de amar de las criaturas humanas y en que se pueden desarrollar de ese modo.
En este contexto dar una orden es una ofensa y una humillación, un atentado a la integridad y a la dignidad de sus hij@s, y supone la desnaturalización de las relaciones entre madre-padre e hij@s.
Quiero precisar que el empleo del término ‘vía’ (vía de la complacencia o vía de la autoridad) es porque efectivamente no se trata de actitudes concretas o puntuales, sino de la actitud general que se desprende del estado amoroso, y de las relaciones dinámicas que se establecen desde ese estado.
Si desde el principio una criatura ha sido tratada con actitud amorosa y
complaciente, su actitud general será también amorosa y complaciente; y a nadie se le ocurre plantear las cosas en términos de órdenes y de obediencia; tales cosas ocurrirán en el colegio, porque allí es otra cosa, no son relaciones desde los estados amorosos.
Si una criatura desde el principio es tratada con órdenes y sus deseos han sido tratados como caprichos improcedentes, las cosas transcurren por otro camino diferente. El camino de la guerra con l@s niñ@s, de los berrinches, de las pataletas, de los chantajes, etc. Pero aquí lo que he observado es que quizá no a la primera, pero sí a la segunda o a la tercera, la criatura humana es capaz de reaccionar y de situarse en la vía
de la confianza y de la complacencia, porque todavía no tiene demasiado atrofiada su capacidad amatoria.
Lo que la situación actual esconde es que hay una falsa noción del amor, lo que se llama amor no es amor verdadero. En el estado amoroso a nadie se le ocurre dar órdenes, sino hablar, explicar las cosas, aplicarse en la resolución de las decisiones con mutuo mimo y cuidado, para conseguir lo mejor para el ser querido.
Detrás de la vía autoritaria hay una ignorancia de lo que es la criatura humana, una ignorancia y una desconfianza en sus capacidades y cualidades.
¿Es posible entonces educar “sin poner límites”?.¿Por qué la mayoría de los padres creen que es necesario “poner límites”?.
Los límites no tienen nada que ver con el tipo de relación entre las personas que se encuentran dentro de esos límites. La complacencia se produce siempre dentro de unos límites, de lo que es posible.
La cuestión no está en los límites (los límites se utilizan como excusa), sino en el tipo de relación desde la que se abordan los límites, lo que podemos o no podemos hacer. Los padres siguen la inercia social y desconocen la vía de la complacencia porque nadie la practicó nunca con ell@s, y por ello no saben que existe ni saben cómo son sus hij@s y de lo que son capaces. Desconocen la capacidad de amar, de complacer, de entender, de tener iniciativas y de ser responsables de sus actos, es decir,las cualidades de sus hij@s.
Y tratándoles como si no tuvieran esas cualidades, como si fueran egoístas, tontos, inútiles, irresponsables, etc., les atrofian y les hacen egoístas,tontos, inútiles e irresponsables. Esto es lo que explica Ruth Benedict en su Continuities and Discontinuities in cultural conditioning.
Detrás de la supuesta protección que damos a nuestr@s hij@s lo que se ejerce es una mutilación de sus principales cualidades, un bloqueo de su desarrollo justo en el momento del que más depende su formación.
Este es uno de los aspectos más importante de ese magma dogmático que sustenta nuestra sociedad basada en la dominación: no sabemos de que están hechas las criaturas humanas. La preguntas y el asombro que suscita mi afirmación de que ni mi madre ni mi padre me dieron jamás una orden, ni grande ni pequeña, da la medida del dogma que sustenta la dominación. ¡Si hasta la relación con la carne de mi carne tiene que ser de imposición y de dominación, como no va a ser así en el resto de la sociedad!.
Y sin embargo lo que tendría que ser difícil de creer sería lo contrario, que una madre o un padre mantuvieran con sus hij@s una relación que no fuera la basada en la complacencia.
En resumidas cuentas, cuando se ama a una persona se desea complacer sus deseos para hacerla feliz. Y si esa persona también me ama, también desea complacer mis deseos para hacerme feliz. La relación entre las dos personas es de mutua complacencia, y en una relación de mutua complacencia las órdenes carecen de sentido.
Ciertamente la cuestión suscitada nos coloca en la frontera del dogma conceptual básico de la dominación.
Casilda Rodrigáñez.
ACLARACIÓN.
No sabemos el cómo,ni el cuándo,ni el dónde ni el qué.
divagaciones en torno al Centro.
55.-DIÁLOCO.
-Tío,qué demasiao.
-Dabuten,tio.
-........
-Qué alucine,tu.Cómo pega el Centro.
-.....
-De primera,tú.
-De... Que sí,tío.
-.....
-............
-Ya te digo....
-¿Dóndeéee.... ?
-De un tio legal,tío.
-Sí... enroyao el tío..
-......... .......
-Mola.
-Mola dabuten...
-Sííi... nooo... Chungo,tú.
-¿Seguro,tío?... túuu..
-..... ...... .........
-....
-..... ......
-Qué mal rollo,tío..
-......
-Qué chungo.
-No me vaciles,tío,venga ya.
-Queeee no tenteras,tío.
-..................
-Pero qué dices.. mira que...
-Pero qué pasa..
-Pasa de mi,tío.¿Vale?.
-.............
-...
-Qué mal rolloooo...
-Que yo me abro,tío,queee...
-Venga ya.
-¡Buenoooo....!
Etc.
-Tío,qué demasiao.
-Dabuten,tio.
-........
-Qué alucine,tu.Cómo pega el Centro.
-.....
-De primera,tú.
-De... Que sí,tío.
-.....
-............
-Ya te digo....
-¿Dóndeéee.... ?
-De un tio legal,tío.
-Sí... enroyao el tío..
-......... .......
-Mola.
-Mola dabuten...
-Sííi... nooo... Chungo,tú.
-¿Seguro,tío?... túuu..
-..... ...... .........
-....
-..... ......
-Qué mal rollo,tío..
-......
-Qué chungo.
-No me vaciles,tío,venga ya.
-Queeee no tenteras,tío.
-..................
-Pero qué dices.. mira que...
-Pero qué pasa..
-Pasa de mi,tío.¿Vale?.
-.............
-...
-Qué mal rolloooo...
-Que yo me abro,tío,queee...
-Venga ya.
-¡Buenoooo....!
Etc.
síntomas del kaliyuga.
Se da la curiosa circunstancia de que los dominadores pretenden que los dominados hagan por su propia voluntad lo que son obligados a hacer mediante diversas artimañas.
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