domingo, 31 de enero de 2016

ECOS DE SOCIEDAD.


Creo que la única esperanza y la única fuerza capaz de evitar nuestra extinción como especie es que la reivindicación de la condición humana se convierta en un gran tsunami que se trague la voluntad y la capacidad de dominio.
No creo que haya ninguna otra fuerza capaz de vencer al monstruo. Y por eso no creo que sea suficiente hacer políticas de regulación de la dominación, o tratar de ponerle límites como los del reconocimiento de los derechos humanos. 

Hacen falta políticas de expansión de las cualidades humanas, no sólo políticas de límites de la dominación.

No se trata de reivindicar valores o principios éticos, sino desarrollar las cualidades naturales de nuestra condición humana.


Casilda Rodrigáñez.

viernes, 29 de enero de 2016

AY QUE RICA.


CONFERENCIA.


Si las sociedades capitalistas tienen una tendencia ininterrupida a derechizarse y a despolitizarse es porque estas son en el fondo sociedades religiosas en las que uno de sus mitos más poderosos es el del progreso. 
Lo que el progreso representa hoy para los fieles capitalistas es lo que en otro tiempo representaba la salvación para los cristianos. Solo que ahora se trata de una salvación inmanente, de un paraíso terrenal, del que se ha perdido la trascendencia.


El mecanismo ideológico fundamental del sistema, o si se prefiere, el mito fundamental en el que los fieles deben creer es que el progreso material y tecnológico compensa lo que perdemos de intensidad vital. 
Esta es la gran trampa de la propaganda del sistema. Debemos creer que el aire acondicionado, el mando de la televisión, la red social, enriquecen nuestra vida en lugar de empobrecerla.


La religión capitalista consiste en capturar, en atrapar, como hacen todas las religiones, nuestras energías libidinoso-agresivas, para devolvérnoslas transformadas, sublimadas, espiritualizadas, socializadas. 
Transforma nuestros impulsos naturales en comportamientos culturales que ya no nos pertenecen como tales, sino que están mediatizados por los rituales correspondientes.


Jean Baudrillard ha sido muy lúcido al mostrar cómo en las sociedades capitalistas todo se va transformando cada vez más en un simulacro. 
Dicho en otras palabras, lo que el régimen capitalista está haciendo permanentemente es transformar nuestra vida en una vida más artificial, más falsa, más ficticia. También más mecánica, más gobernada por la lógica de la máquina. 
Esto va sucediendo, en términos generales, lenta pero ininterrumpidamente, de manera que la mayoría no llega a ser consciente de ello, o en todo caso lo interpreta como un progreso, como un avance, como una mejora de su vida. 
La derechización-despolitización de la sociedad está vinculada con esta artificialización de la vida.

Pedro Bustamante. Heterotopías Delirantes.

miércoles, 27 de enero de 2016

NOTIFICACIONES.


                                                  "La historia es una patraña".

                                                   Henry Ford.




   La historia oficial es para niños, o para los imbéciles. Es una farsa grotesca que debe dar mucho que reír a los hombres tras los bastidores, a esta corporación secreta que desde hace al menos un par de siglos controla los asuntos del planeta.

   Las oposiciones entre bandos de la farándula internacional son ficticias. En todas partes, en todos los estados y regiones existentes, los líderes trabajan en la creación de un Gobierno Mundial.

Ciberpensadores. El cachondeo histórico.

domingo, 24 de enero de 2016

COMO ES ABAJO ES ARRIBA.

COMO ES ARRIBA ES ABAJO.

PLANES.


Pero los líderes oficiales, los reyes, presidentes y demás, no son en realidad los jefes dirigentes. Son meros líderes figurativos. Ellos no deciden. Hacen meros gestos de contundente y digna aquiescencia cuando las decisiones les son impuestas. Son farsas que complican. Los consejos y asambleas tampoco deciden. Registran, normalmente de forma muy imperfecta y exasperante, el propósito acumulativo de fuerzas externas.

La Conspiración Abierta, el movimiento mundial para la sustitución o ampliación o fusión de las instituciones políticas, económicas y sociales existentes debe necesariamente, a medida que crezca, trazar más y más estrechamente las cuestiones del control práctico. Es probable que en su crecimiento incorpore algunos servidores públicos activos y algunos líderes industriales y financieros y directores. Puede asimilar grandes masas de inteligentes trabajadores. 
Mientras su actividad se expanda resultará un sistema entero de métodos específicos de cooperación. Mientras crezca, y por crecimiento, aprenderá el negocio de la dirección general y cómo desarrollar su función crítica.

H.G.Wells. La Conspiración Abierta.

jueves, 21 de enero de 2016

GANADERÍA.


El fundamento de toda civilización ha sido siempre el dominio de una minoría sobre una mayoría. Esa ha sido la única razón de su existencia.
Para alcanzar y perpetuar este orden, ha sido necesario reprimir los instintos de libertad y vida de dicha mayoría. Para ello se han utilizado las más diversas estrategias, siendo el miedo la base de todas ellas.

El tio Pero Grullo.


jueves, 14 de enero de 2016


SENTENCIA.


Toda percepción es una opinión, una elección, un punto de vista, una versión o visión de la realidad.


miércoles, 13 de enero de 2016

miércoles, 6 de enero de 2016

viernes, 1 de enero de 2016


INFORMATIVOS.


Comúnmente asociamos la felicidad con cosas como el dinero, la salud, la belleza o la satisfacción laboral, pero no solemos pensar que la felicidad tiene que ver con nuestra atención, con lo que se conoce popularmente como “vivir en el presente”.

El estilo de vida que promueven las grandes corporaciones y los programas de TV construye la idea de que la felicidad está correlacionada con el dinero, la fama o la belleza, pero uno de los estudios más extensos realizados sobre el tema muestra que la acumulación de bienes materiales no tiene mucha correlación con la felicidad.



Una iniciativa Track Your Happiness, encabezada por Matt Killingsworth, encontró que la atención en el presente es el factor que mayor relación tiene con la felicidad. La divagación mental, en cambio, fue una de las actividades que mayor relación tiene con la infelicidad.

“La felicidad tiene mucho que ver con el contenido de cada momento”, dice Killinsworth. Y este contenido generalmente es mejor recibido cuando es el resultado directoes una actividad inmediata, “el aquí y el ahora”.

El estudio muestra que estar enfocados en el presente nos hace aún más felices que divagar mentalmente en cosas placenteras. 
Concentrarnos en acciones que generalmente son poco placenteras es también más benéfico para nuestro estado de ánimo que divagar durante estas acciones (por ejemplo, concentrarse en conducir un auto en el tráfico nos produce mayor bienestar que divagar mientras conducimos en el tráfico). Realizar actividades que no nos gustan pero que nos concentran es más positivo que divagar y estar viajando con la mente.

Existe un importante factor de atracción en la felicidad: que parece brindar bienestar independientemente de las vicisitudes y circunstancias externas, una especie de conspiración benéfica en el funcionamiento de nuestro cerebro para que nos adentremos en el instante presente.

Killinsgworth concluye que la divagación mental no es una consecuencia de la infelicidad, pero que la atención al presente sí puede considerarse una causa de la felicidad.

Los beneficios de la atención en el presente parecen tener que ver con la relajación de la mente. Pensar en cosas que no están en donde estamos, que no sucederán hasta después o  que ya han sucedido nos genera comúnmente estrés, en parte porque no podemos hacer nada en ese momento para modificarlas. 
No estar concentrado en el presente es una buena forma de hacer que los fantasmas entren en nuestra vida.
  
No estar atentos al presente es una forma poco eficiente de operar en nuestra vida cotidiana, lo cual seguramente –cuando nos damos cuenta de que no hemos hecho nuestro trabajo o de que han pasado horas y ya no fuimos a correr al parque, como nos habíamos propuesto– contribuye a generar estrés, (según Killingsworth pasamos en promedio 47% del tiempo divagando). 
En cambio, la atención en el presente nos proporciona una mayor eficiencia, pues refuerza hábitos positivos que se traducen también en un mejor aprendizaje y funcionamiento cerebral.


Existen numerosos científicos y artistas que han hablado de algo que popularmente se conoce como el “efecto Eureka”, entendido como la resolución espontánea de un problema –o la inspiración súbita– cuando no se estaba ocupado con ese problema. 
Al parecer este efecto se produce cuando la mente analítica racional deja de trabajar y se permite que la mente inconsciente se apodere del sistema operativo o brote a la superficie como una ola subterránea. 
Para que esto ocurra comúnmente se necesita estar en un estado de relajación (de la misma manera que las imágenes brotan en estados hipnagógicos); la relajación  tiene una clara correlación con la atención en el presente –puesto que, como dijimos antes, quien piensa en el pasado, en el futuro o en cosas que no están ahí difícilmente podrá soltar las tenaces riendas de su mente y adentrarse en las posibilidades del instante –y se revela como la única puerta para acceder a aquello que trasciende el tiempo.

La información recabada en esta interesante investigación coincide con la filosofía oriental que pregona la idea de mantener la mente concentrada en lo que ocurre en el instante, en lo que tenemos enfrente, en lo que estamos observando directamente, no dividir la atención, movernos desde la unidad.

Este mismo estado de presencia puede y debe aplicarse a las acciones modernas; si se está redactando un mail, solamente hacer eso y despachar; si estamos conduciendo un auto, atender al camino y disfrutar de la experiencia de estar haciendo lo que estamos haciendo, en toda su riqueza.

Por otro lado (al parece la naturaleza nos premia por vivir en el presente), en un sentido profundo lo único que existe es el presente, este instante. Albert Einstein dijo: “la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una persistente ilusión”, lo que significa necesariamente que son una misma presencia. 
Así que la práctica de atención al presente nos lleva no sólo a la felicidad sino a la realidad.

Para anclarnos en el presente y de alguna manera controlar los saltos temporales de nuestra mente –que suele ir de un pensamiento a otro, como un mono de rama en rama, para usar la famosa metáfora– es difícil encontrar algo mejor que la respiración. Simplemente recordar respirar, contar nuestra respiración, nos regresa al presente y nos relaja de tal forma que nos podamos mantener ahí. 
Desde la respiración podemos actuar y llevar el compás para seguir en un estado de serena y energética atención.

Alejandro Martínez Gallardo.