jueves, 27 de noviembre de 2014


NOTA INFORMATIVA.

Revestidas de una capa de alta tecnología, nuestras sociedades contemporáneas siguen inmersas en el proceso de industrialización acelerada que se inició hace dos siglos. 
Los problemas de la desposesión social creciente, la organización burocrática, el expolio de la naturaleza, la violencia y la represión, no sólo no se han resuelto, sino que se han agudizado hasta el punto de poner en duda la supervivencia de gran parte del mundo que conocemos.

Juanma Agulles. Los Límites de la Conciencia. Ensayos contra la sociedad tecnológica.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

ECOS DE SOCIEDAD.

INFORMATIVOS.

Cuando somos pequeños se nos va educando, y este educar consiste en que se nos va diciendo lo que hay que hacer, cómo hay que hacerlo, y también lo que no hay que hacer. 
El niño va aprendiendo eso que se le enseña, pero no sólo lo aprende,sino que lo acepta tal como se le da, es decir, como la verdad y el bien. 
O sea, que el niño se identifica a sí mismo como valor en tanto que modelo y en tanto que modo particular de ser.

El niño va aceptando esta idea -que se le da- de que él no vale como ser, sino que su único valor está en su modo de ser, de que él no “es”. Él es o bueno o malo, o listo o tonto, pero el “ser”, él “es” no existe, no tiene ningún valor.


El “ser” (este foco de inteligencia, de energía y de afectividad), es algo central en el niño, en todo el mundo, es algo central que surge del fondo: del fondo de la mente, del fondo de la afectividad, del fondo de la energía.

En cambio, el modo de ser se adquiere a través de la mente concreta y, en la medida en que el niño acepta que su valor está en el modo de ser, necesita retener el modelo con su mente concreta, provocando la progresiva desconexión de su fondo natural.
Al situarse en el sector más exterior de la mente se desconecta del fondo, allí donde está su propia fuente de energía vital y por lo tanto su propia conciencia de seguridad como ser concreto.

Se desconecta también de su fondo afectivo, el fondo afectivo de donde está fluyendo toda su capacidad de amar, de gozar, de felicidad.
Se desconecta también de su fondo mental, desde donde el niño tiene la capacidad de ver por sí mismo. Se desconecta de su capacidad de evidencia y entonces todo él empieza a vivir a partir de esa fachada, del modo de ser.


La desconexión de este fondo de seguridad, de este fondo de felicidad, de este fondo de evidencia, impide al niño que viva directamente, en su fuente, estas cualidades básicas, obligándole a proyectar en el exterior. 

Entonces estará exigiendo que el exterior le dé seguridad, que el exterior le dé felicidad, que el exterior le dé la información que ha de aceptar.

Del fondo surge todo lo que soy capaz de vivir y uno se desconecta del fondo para instalarse en la mente externa y convierte esta mente externa en un centro artificial.
Lo importante es que se vea claro que el modelo implica -cuando se convierte en centro- la desconexión del centro natural. 


Antonio Blay.

miércoles, 19 de noviembre de 2014


ECOS DE SOCIEDAD.

Una de las piedras angulares de la resistencia es la libertad de pensamiento.
Cuando el pensamiento dominante lo invade todo,lo penetra todo,al dominado le resulta casi imposible tener pensamientos aparte,de orden diferente,porque no hay espacios mentales
para ello.
Lo más probable es que se piense "en contra de",pero esto no es pensamiento libre porque se apoya en lo dado sólo para rebatirlo.

La persecución del pensamiento libre suele ser implacable porque es un pensar adelantado. Se le llama con desprecio "utopía" para denegarle todo su valor.

Victoria Sau. El vacío de la maternidad. 

lunes, 17 de noviembre de 2014


GANADERÍA.

Hace unos tres siglos y medio los europeos fuimos a África,
la invadimos y nos la repartimos como nos pareció, sin tener
para nada en cuenta el parecer de sus habitantes. Estos
nos vieron llegar primero con asombro, después con curiosidad,
más tarde con alegría —porque les llevamos adelantos
que ellos no tenían— y, por fin, al cabo de bastantes
años, cayeron en la cuenta de que los estábamos saqueando.

Entonces muchos de ellos se sublevaron, y cuando las cosas
se pusieron mal para nosotros, salimos huyendo, pero el mal
ya estaba hecho. Habíamos roto el equilibrio que ellos tenían
en sus sociedades, les habíamos contagiado nuestras trampas
y nuestras malas costumbres, y hasta las cosas buenas que les
habíamos llevado acabaron convirtiéndose en instrumentos
para que los que eran más fuertes entre ellos abusasen de los
débiles. 
En definitiva, que cuando nos fuimos dejamos atrás
un enorme caos que, gracias a las armas que les enseñamos a
usar, ha convertido África en un continente de muerte.

De manera similar, hace unos setenta años ciertos seres
inteligentes no humanos empezaron a dejarse ver en nuestros
cielos. Esto suscitó la curiosidad de muchas personas,
aunque, extrañamente, las autoridades no se dieron por enteradas y la ciencia oficial juzgaba y sigue juzgando como
alucinados a los que investigan el fenómeno y piden explicaciones.

En parte, los recién llegados —o más correctamente,
los recién vistos, porque la realidad es que ya llevaban mucho
tiempo en este planeta— nos entregaron unos cuantos adelantos muy entretenidos (todo el mundo de la electrónica y
de las pantallas), y en parte se los robamos, y gracias a ellos, y
sin que nos diésemos cuenta, se fueron adueñando de nuestras
mentes.

La gran diferencia entre la invasión de África por los europeos
y la del planeta Tierra por los «extraterrestres» es que
en la primera los invasores éramos visibles y, aunque más
avanzados, éramos de la misma especie que los invadidos,
mientras que en la segunda los invasores tienen la capacidad
de hacerse invisibles, no son humanos y además poseen
una tecnología que para los humanos es inconcebible y
aparentemente milagrosa. Tan milagrosa, que ese es uno de
los argumentos en los que se basa la megaciencia para decir
que todo es una fantasía.

Pero en definitiva, los resultados de la invasión son los
mismos. Como la invasión de estos seres extrahumanos no
es cosa reciente sino que data de muchos milenios, y como,
al igual que en África, los invasores no vienen precisamente
buscando nuestro bien sino lo que a ellos les interesa,
nuestro planeta ha sido siempre un campo de batalla en el
que los humanos nos hemos estado matando sin descanso
por las razones más absurdas.

Pero en los últimos tiempos, cuando nuestros visitantes han comenzado a manifestarse y a actuar de una manera más directa, hemos entrado en una actividad frenética y suicida como fruto de la influencia que estos seres han ejercido sobre nuestras mentes durante muchos años.

Salvador Freixedo.
Teovnilogia.El origen del mal en el mundo.

jueves, 13 de noviembre de 2014


CITAS.

La guerra es una masacre entre personas que no se conocen en beneficio de otras que no se masacran, pero sí se conocen.

Paul Valery

miércoles, 12 de noviembre de 2014



GANADERÍA.

La idea de libertad que predomina hoy en día en la sociedad no tiene que ver nada con el concepto auténtico de libertad individual. 
El poder, ya sea político, económico, empresarial, militar, etc. es el primero en distorsionar el auténtico concepto de libertad cuando pretende convencer a la masa sometida y no pensante de que es libre. Pero una persona sometida mental o físicamente, como ocurre en la actualidad y como ha sido siempre a lo largo de la historia, difícilmente puede llegar a ser libre.

Ante esta distorsión, la publicidad, que es el conducto que tiene el poder para difundir sus creencias entre la masa, habla continuamente de que los ciudadanos son libres para elegir lo que desean comprar, lo que desean consumir, a dónde quieren viajar, en qué quieren trabajar y cómo quieren gastarse su dinero.

Pero todas estas cosas a las que puede aspirar el ciudadano medio son parte de un sistema ya estudiado en el que todo está previamente determinado para que los sujetos a los que va dirigido sean condicionados y guiados en una única dirección. Esto confirma que la libertad de la que nos hablan no puede ser auténtica y es necesariamente falsa.
En realidad, todas las relaciones basadas en el poder y el sometimiento son relaciones que no pueden ofrecer ningún grado de libertad y todo lo más que pueden hacer es disfrazarla para hacer creer a los sometidos que aún existe.

Esto es lo que intentan todas las formas de poder: hacer creer al sujeto sometido que es libre cuando en realidad no lo es. Todas las acciones, los deseos, los derechos y las obligaciones de un ciudadano que forma parte de la sociedad de masas están determinados por el poder y, en consecuencia, no pueden ser considerados actos libres. 
Es más, se puede llegar a afirmar que es el propio poder quién potencia las ventajas de la pseudolibertad en razón de su interés.

La especie errante. Blog.

martes, 4 de noviembre de 2014

ECOS DE SOCIEDAD.


Podemos afirmar que el principio biológico materno es el principio de la sociabilidad humana; y si se rompe el principio biológico o se impide su desarrollo correspondiente, se pone en cuestión la sociabilidad misma, es decir, la sociabilidad humana.
En otras palabras, desde mi punto de vista, la reflexión y el estudio de la madre "biológica" nos dan las claves para comprender la ineludible necesidad de su función social.

No hay separación entre lo biológico y lo social. Es decir,la separación que existe de facto ha sido un despiece forzado históricamente por esta civilización en la que todavía estamos.

Las decisiones políticas que se toman en la cúspide de la pirámide social,que directamente -y conscientemente, por eso se toman- producen las guerras y el hambre en el mundo, por y para acrecentar las riquezas de los ricos a costa de aumentar la pobreza de los pobres, son decisiones que se toman necesariamente en un estado de indiferencia hacia el sufrimiento del ser humano, es decir, con un sistema empático atrofiado, en un estado de vacío total de maternidad.

"El vacío de la maternidad" es quizá una de las mejores definiciones -si no la mejor- de la civilización patriarcal: y lo digo, no solo porque la define de forma precisa y cabal, sino porque alumbra el camino de vuelta,la salida; porque nos indica que la recuperación es posible.

Casilda Rodrigáñez. 
De la introducción a "El vacío de la maternidad" de Victoria Sau.

lunes, 3 de noviembre de 2014


PREMONICIONES.

Se trate de política, economía, maneras de vivir, diversiones o desplazamientos, observo que la modernidad tiene todas las trazas de una intoxicación. 
Cada vez más avanzado, más grande, más rápido, y en todo caso más nuevo: tales son sus exigencias, que corresponden necesariamente a algún encallecimiento de la sensibilidad. Para sentirnos vivir necesitamos una intensidad creciente de agentes físicos, y diversión perpetua. 
Hay que esperar que tan grandes novedades transformen toda la técnica de las artes y de ese modo actúen sobre el propio proceso de la invención, llegando quizás a modificar prodigiosamente la idea misma de arte. De entrada, indudablemente, sólo se verán afectadas la reproducción y la transmisión de las obras. Se sabrá cómo transportar y reconstituir en cualquier lugar el sistema de sensaciones -o más exactamente de estimulaciones- que proporciona en un lugar cualquiera un objeto o suceso cualquiera. Las obras adquirirán una especie de ubicuidad. Su presencia inmediata o su restitución en cualquier momento obedecerán a una llamada nuestra. Ya no estarán sólo en sí mismas, sino todas en donde haya alguien y un aparato. Ya no serán sino diversos tipos de fuente u origen, y se encontrarán íntegros sus beneficios donde se desee. Tal como el agua, el gas o la corriente eléctrica vienen de lejos a nuestras casas para atender nuestras necesidades con un esfuerzo casi nulo, así nos alimentaremos de imágenes visuales o auditivas que nazcan y se desvanezcan al menor gesto, casi un signo. 
No sé si filósofo alguno ha soñado jamás una sociedad para la distribución de Realidad Sensible a domicilio. 

Paul Valèry. La conquista de la ubicuidad. 1928.
Fuente: Pijamasurf.