lunes, 13 de julio de 2020

BRUJERÍAS.


Había una vez un mago que edificó una casa cerca de un pueblo grande y próspero. Un día invitó a cenar a todos los habitantes del pueblo.
—Antes de comer —dijo—, habrá algunas diversiones.

Todos estaban encantados, y el mago les ofreció un espectáculo de magia de primera calidad, con conejos saliendo de chisteras, banderas que aparecían sin saberse de dónde, y unas cosas que se transformaban en otras.  La gente estaba entusiasmada. Entonces el mago preguntó:

—¿Os gustaría cenar ahora, o preferiríais más entretenimientos?

Todos pidieron entretenimientos, porque nunca antes habían visto algo similar; en casa había comida, pero nunca algo tan excitante como esto. Así que el mago se transformó en paloma, luego en halcón, y finalmente en dragón. La gente se volvió loca de entusiasmo.

Él volvió a preguntarles, y ellos querían más. Y lo tuvieron. Luego les preguntó si querían comer, y ellos dijeron que sí querían. De modo que el mago, usando sus poderes mágicos, hizo que sintieran como si estuviesen comiendo, distrayendo su atención con una serie de trucos.

La comida imaginaria y el entretenimiento continuaron durante toda la noche. Al amanecer, algunos dijeron:

—Tenemos que ir a trabajar —así que el mago les hizo imaginar que iban a su casa, se preparaban para trabajar, y de hecho pasaban el día trabajando.

En pocas palabras, siempre que alguien decía que tenía que hacer algo, el mago primero le hacía pensar que iba a hacerlo, luego que lo había hecho, y finalmente que había vuelto a casa del mago.

Al cabo de un tiempo el mago había hechizado de tal manera a las gentes del pueblo que solo trabajaban para él mientras que ellos pensaban que seguían con sus vidas habituales. Siempre que se sentían algo inquietos él les hacía pensar que habían vuelto a cenar a su casa, y esto les resultaba placentero y les hacía olvidar.

-¿Y, al final, qué pasó con el Mago y con la gente? 

-No puedo decírtelo, porque él todavía sigue atareado haciendo su magia y la mayoría de la gente continúa estando bajo su hechizo.

Kingsley Dennis.


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