viernes, 27 de abril de 2018
INFORMATIVOS.
Ya en 2014 un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) lanzó una aplicación para smartphone capaz de detectar cambios en las pautas conductuales de las personas.
Con esta aplicación, que envía los datos en tiempo real a los especialistas, se puede llegar a saber el número de llamadas realizadas, los mensajes de texto enviados, los lugares visitados por la persona (vía GPS), a qué hora se va a la cama, etc. Todo ello, según los investigadores, constituía un conjunto de indicadores de la salud mental de la persona que puede ayudar a los facultativos a detectar un trastorno antes de que se desarrolle plenamente. Incluso se decía que la aplicación podía detectar una depresión con un 90% de fiabilidad.
En suma, una vez definidos ciertos parámetros de normalidad a través de unos marcadores, cualquiera que se salga de ellos podrá ser identificado como anormal y pasará a ser objeto de atención psiquiátrica.
Entretanto, me temo, es la propia sociedad civilizada la que nos lleva a constantes situaciones de angustia, paranoia y desequilibrio, y de rebote nos mete en ese oscuro mundo farmacológico, cuyos efectos ya hemos expuesto reiteradamente. También me temo que los amos del mundo, los que marcan nuestras vidas a través de su gigantesco entramado de poder e influencia, son los auténticos locos peligrosos, los psicópatas del más alto grado que hacen de su aberrante psique la normalidad para todos los que ostentan altas posiciones.
Xavier Bartlett.
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