sábado, 5 de enero de 2019
ECOS DE SOCIEDAD.
Incluso desde un punto de vista puramente desinteresado y «teórico», no basta denunciar errores y hacerlos aparecer tales cuales son realmente en sí mismos; por útil que eso pueda ser, es todavía más interesante y más instructivo explicarlos, es decir, buscar cómo y por qué se han producido, ya que todo lo que existe de cualquier manera que sea, incluso el error, tiene necesariamente su razón de ser, y el desorden mismo debe finalmente encontrar su lugar entre los elementos del orden universal.
Es así que, si el mundo moderno, considerado en sí mismo, constituye una anomalía e incluso una suerte de monstruosidad, por ello no es menos verdad que, situado en el conjunto del ciclo histórico del que forma parte, corresponde exactamente a las condiciones de una cierta fase de este ciclo, la que la tradición hindú designa como el periodo extremo del Kali-Yuga; son estas condiciones, que resultan de
la marcha misma de la manifestación cíclica, las que han determinado sus caracteres propios, y se puede decir, a este respecto, que la época actual no podía ser otra que la que es efectivamente.
René Guenon. El reino de la cantidad y los signos de los tiempos.
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