Somos animales potencialmente racionales.
Ayn Rand.El escritor Primo Levi, en su relato de su estancia en Auschwitz, escribió:
Debemos recordar que estos fieles seguidores, entre ellos los diligentes ejecutores de órdenes inhumanas, no eran torturadores natos, no eran (salvo algunas excepciones) monstruos: eran hombres corrientes. Los monstruos existen, pero son demasiado pocos para ser verdaderamente peligrosos. Más peligrosos son los hombres corrientes, los funcionarios dispuestos a creer y a actuar sin hacerse preguntas.
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