"Chaque notaire porte en soi les débris d’un poète", aseguraba Flaubert: cada notario lleva consigo las ruinas de un poeta.
¿Quién no transporta dentro de sí mismo las ruinas de otro hombre? El que se encuentra en secreto con su amante, el que le niega un préstamo a un amigo, el que traiciona a quien le ayudó, el que no es capaz de renunciar a ver el partido por la tele para escuchar a su hijo; todos vamos cargados con los tristes restos de otro derribado por nuestra mano: el marido ejemplar, el amigo fiel, el compañero leal, el padre cariñoso.Todos tuvimos sueños y seguimos viviendo, cargados con los trozos, los añicos, las virutas, los pecios del que se fue a pique, hundido dentro de nosotros, en el fondo del abismo.
Rafael Reig. Señales de humo.
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