A pesar de que, en nuestra vida cotidiana, le damos muy poca importancia al bostezo y a la risa, Gurdjieff reconoce que ambos son engranajes claves en eltrabajo de la fábrica humana. Uno y otro, tienen funciones opuestas.
La misión del bostezo es bombear energía a los acumuladores. Es por eso que cuando no llegan a llenarse a tiempo, los bostezo se suceden continuamente.
La risa, en cambio, es un eliminador de energía residual. Si esta energía sobrante no se elimina, se nos vuelve tóxica.
La risa, en cambio, es un eliminador de energía residual. Si esta energía sobrante no se elimina, se nos vuelve tóxica.
En verdad, la risa funciona como antídoto solo cuando no sabemos reciclar esa energia en material sutil para nuestro desarrollo interior. Es por eso, dice
Gurdjieff, que Jesús nunca rió. No lo necesitaba.
Visto en la red.
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