Hay muchos tipos de pausas: la corta, a la que nos condena la coma; la media, obligada por el punto y seguido; la definitiva, simbolizada con el punto final… y luego está la pausa del punto y coma, que nadie sabe cuál es, pero que es la más refinada de todas ellas. Porque hay veces que la realidad nos pide una pausa sin saber muy bien para qué.
Esas son las verdaderas pausas, las provechosas, las que no tienen principio ni fin. Delante de todas ellas, aunque muchas veces no lo sepamos, hay un punto y coma.
Carlos Mayoral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario