domingo, 2 de marzo de 2025

CANCIÓN MARINERA.


Montado en su blanca estela
mi barco no corre:
vuela.

En triangular sombra luce
reflejos de fina tela:
la vela.

Jugando con el timón
dirijo la embarcación
ya sea de día o de noche.
Como un coche.

Sobre, bajo y cabe el mar
no lo puedo remediar,
me resbalan los problemas
y otros temas.


Galernas y tiburones
no hunden mis vacaciones
ni mi nave marinera.
La primera.

Subiendo al palo mayor
yo me lo paso mejor
que el resto de los mortales.
Que son tales.

Virando al viento reinante
llevo yo la  voz cantante
como si fuera sirena.
La más buena.

Sintiendo el sol y las olas,
oyendo las caracolas,
todo son satisfacciones
a montones.

Y cuando se pone el sol
me baño como un señor
aunque sea noche cerrada.
¡Qué pasada!

La arena se pega al pelo,
el sol quema, quema el suelo,
los mosquitos pican mucho.
Me da igual, luego me ducho.

Resumiendo: que navego
presumiendo de velero
cuando quiero
y como quiero.



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