Resulta innegable, salvo que hagamos nuestra la historiografía oficial liberal, que los diversos Estados constitucionales “democráticos” se han afanado en desarticular totalmente cualquier vestigio de sociedad campesina y se han esforzado por estigmatizar al campesinado como atrasado e inculto, borrando su memoria histórica y su legado cultural de cualquier publicación “progresista” y “moderna”.
Parece que el campo y sus raíces convivenciales asustan.
Gorri Beltzean.
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