jueves, 18 de agosto de 2016

CUENTOS CHINOS.


Dejar las cosas tranquilas.

Sé lo que es dejar el mundo tranquilo, no interferir. No sé nada acerca de cómo dirigir las cosas. 

Dejar las cosas como están  ¡de manera que los hombres no hagan hincharse su naturaleza hasta que pierde su forma!. ¡No interferir, para que los hombres no se vean 
transformados en algo que no son!.
Cuando los hombres no se vean retorcidos y mutilados más allá de toda posibilidad de ser reconocidos, cuando se les permita vivir, habrá sido logrado el propósito del gobierno.

¿Demasiado placer?. El Yang tiene demasiada influencia. ¿Demasiado sufrimiento?. El Yin tiene demasiada influencia. Cuando uno de éstos se impone al otro, es como si las estaciones llegaran cuando no deben. El equilibrio entre el frío y el calor queda destruido, el cuerpo del hombre sufre. Demasiada alegría, demasiada tristeza, fuera de su momento preciso, y los hombres pierden el equilibrio. ¿Qué harán después? El pensamiento divaga sin control. Empiezan a hacer de todo, no terminan nada.
Aquí comienza la competencia, aquí nace la idea de la excelencia, y los ladrones surgen sobre la faz de la Tierra. Ahora, ni el mundo entero es recompensa suficiente para los "buenos" ni hay castigo suficiente para los "malvados". Desde ahora, el mundo entero no es suficientemente grande ni como premio ni como castigo. 

Desde los tiempos de las Tres Dinastías, los hombres han estado corriendo en todas las direcciones imaginables. ¿Cómo van a encontrar tiempo para ser humanos?.

El hombre sabio, entonces, cuando ha de gobernar, sabe cómo no hacer nada. Al dejar las cosas estar, descansa en su naturaleza original. Aquel que gobierne respetará al gobernado ni más ni menos que en la medida en que se respete a sí mismo. Si ama su propia persona lo suficiente como para dejarla descansar en su verdad original, gobernará a los demás sin hacerles daño. 
Dejadlo que evite que los profundos impulsos de sus entrañas entren en acción. Dejadlo estar tranquilo, sin mirar, sin oír. Dejadlo estar sentado como un cadáver, con el poder del dragón vivo en torno de sí. En completo silencio, su voz será como el trueno. Sus movimientos serán invisibles, como los de un espíritu, pero los poderes del Cielo irán con ellos.
Inalterado, sin hacer nada, verá todas las cosas madurar a su alrededor. ¿De dónde sacará tiempo para gobernar?.

Chuang Tzu.

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