miércoles, 15 de febrero de 2017
NOTA INFORMATIVA.
Lo esencial de la obediencia es que una persona llega a considerarse instrumento para realizar los deseos de otra, y por tanto deja de creerse responsable de sus propios actos.
El resultado más trascendental es que la persona se considera responsable ante la autoridad que la dirige, pero no del contenido de los actos que le ordenan ejecutar.
Stanley Milgram.
La sacralización del Estado-nación se lleva a cabo cuando el ciudadano toma conciencia de su pertenencia a la nación, a la que le debe respeto y obediencia. Como la obediencia es un estado de sumisión, el ciudadano ya deja de ser individuo al estar dirigido y encontrarse bajo el control de una Autoridad-Dios que se revela superior.
La obediencia es un acto de impotencia hacia una fuerza divina que ha creado él mismo para poder sentirse seguro espiritual y materialmente y que inexorablemente lo arrastra sin resistencia alguna hacia la destrucción permanente.
Albert A. H.
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