lunes, 11 de febrero de 2019

CUESTIONES AGROPECUARIAS.


Hay un aspecto de la Revolución Industrial que quizá no se ha abordado en su justa medida, y es la contribución de ese nuevo mundo industrial a la transformación de los conflictos entre las naciones y la masificación-generalización de la guerra. 

En efecto, si estudiamos el avance de la industria desde finales del siglo XVIII, con las nuevas máquinas e inventos, veremos que la Revolución Industrial se puso al servicio de una nueva manera de hacer las guerras que permitía la movilización de enormes recursos humanos y materiales y la aniquilación en masa de seres humanos en los campos de batalla y aún lejos de ellos, lo que demuestra que el camino de la civilización ha sido en realidad un descenso a los infiernos. 
Así, la gran mayoría de avances técnicos no tardaron en tener una rápida traslación al entorno bélico, posibilitando un salto cualitativo en la matanza de seres humanos nunca visto antes, y todo ello en un espacio temporal poco superior a unos 100 años. ¡Y no por nada, los premios de mayor prestigio en el mundo científico llevan el nombre de Nobel, el inventor de la dinamita en el siglo XIX!.

Xavier Bartlett.

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