UNA TRAMPA SADUCEA.
Para imponer o modificar un hábito social se puede echar mano de un susto repentino y/o mantenido (programación mental mediante trauma), o bien de un cambio gradual (ventana de Overton).
Y cuando se anda con prisas, de los dos, apuntalados con un chaparrón de propaganda que dispara los niveles de preocupación y dependencia hasta un estado de shock estructural.
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