El silencio es nuestra verdadera naturaleza. Lo que somos fundamentalmente es sólo silencio. El silencio no tiene principio ni fin, estaba antes del comienzo de todas las cosas. No tiene causa. Su grandeza está en el hecho de que simplemente es.
El silencio es sagrado. Es curativo. No hay miedo en el silencio. El silencio es autónomo como el amor y la belleza. No lo toca el tiempo. El silencio es meditación, libre de cualquier intención, libre del que medita. El silencio es la ausencia de uno mismo. O, mejor dicho, el silencio es la ausencia de la ausencia.
Jean Klein.
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