Mattias Desmet, autor de The Psychology of Totalitarianism (La psicología del totalitarismo), señaló hace algún tiempo que un régimen político psicótico requeriría que la gente se tragara absurdos cada vez mayores a medida que las cosas se desarrollaban en su afán de muerte hacia la nulidad nacional.
En el futuro se tratará de encontrar la manera de reducir la población. Empezaremos por los viejos, porque a partir de los 60-65 años el hombre vive más de lo que produce y le cuesta caro a la sociedad. Luego los débiles y después los inútiles que no hacen nada por la sociedad, porque cada vez habrá más, y sobre todo finalmente los estúpidos.
La eutanasia dirigida a estos grupos; la eutanasia tendrá que ser un instrumento esencial de nuestras futuras sociedades, en todos los casos. Por supuesto, no podemos ejecutar a la gente ni establecer campos. Nos libraremos de ella haciéndoles creer que es por su propio bien. Una población demasiado numerosa, y en su mayor parte innecesaria, es algo económicamente demasiado caro.
Socialmente, también es mucho mejor que la máquina humana se detenga en seco en lugar de deteriorarse gradualmente. No podremos hacer tests de inteligencia a millones y millones de personas, ¡ya se imaginan!
Encontraremos algo o lo provocaremos, una pandemia que apunte a ciertas personas, una crisis económica real o no, un virus que afecte a los viejos o a los grandes, da igual, los débiles sucumbirán, los miedosos y los estúpidos se lo creerán y pedirán ser tratados.
Nos habremos encargado de de tener planificado el tratamiento, un tratamiento que será la solución. Así, la selección de los idiotas la harán ellos mismos: irán al matadero por sí solos.
El futuro de la vida- Jacques Attali, 1981, entrevista con Michel Salomon.
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