Un Dios, o dioses, una condición exclusiva natural o sobrenatural, un poder superior, un designio inapelable... que elige a mi tribu para que domine sobre el mundo entero o sobre parte del mismo.
Precisamente a mi tribu. No a la del vecino de enfrente, o el del lado, o a alguna otra que anduviera por ahí, cerca o lejos.
Ya es casualidad...
Una casualidad sospechosamente rara.
Una casualidad sospechosamente rara.
O no.
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