viernes, 30 de septiembre de 2011

COLONIZACIÓN.

La nave de los deportados había recorrido ya miles de millones de kilómetros a través del inmenso vacìo interestelar y se encontraba en las afueras de la galaxia, en uno de los brazos donde aún seguían formandose estrellas.
Durante muchos miles de años,esa parte había sido el destino de todos aquellos que representaban algún peligro para el bienestar de la sociedad. Desde esos astros perdidos en los confines de los mundos no podrían ejercer ya su destructiva influencia.
En este último viaje estaban reunidos todos los individuos que se creían superiores a los demás. La megalomanía,aunque se daba muy de tarde en tarde,era una de las formas más temidas de locura, porque amenazaba en su base la totalidad de las relaciones sociales y personales. Se decidió,por lo tanto,enviarlos lo más lejos posible.
Cuando la nave se fué acercando a un sol relativamente joven,de tamaño medio y con posibilidad de tener planetas a su alrededor,se activaron los sensores biológicos y empezaron a buscar algún lugar apropiado para mantener la vida.
Hubo suerte.En el tercer planeta estaba ya firmemente asentada y se manifestaba de muchas y muy variadas formas.Había incluso seres con cierta semejanza a la suya,aunque, según se pudo comprobar, carecían de inteligencia.
Tanto mejor,pues así los deportados podrían manifestar su enfermadad sin hacer daño a nadie más que a sí mismos.
Tras completar algunas órbitas recogiendo datos,la nave los dejó en el nuevo planeta donde podrían vivir a su antojo el resto de sus vidas.
Y de esta manera,los Dioses empezaron a gobernar la Tierra.

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