Dado que consumir es aniquilar, es destruir, toda sociedad
de consumo, sea cual sea la etiqueta con que se presente, es una sociedad
de la devastación, una expresión de destructividad y sadismo, una manifestación
de barbarie.
Los individuos centrados en consumir son pérfidos
por necesidad, pues todo en ellos llega a ser aborrecimiento y agresividad
hacia las cosas y hacia los seres humanos, que son los que en definitiva
crean lo principal de los bienes utilizados, hecho que exige el mayor respeto
y cuidado hacia estos, puesto que son tiempo y esfuerzo humanos
materializados, además de productos de la naturaleza transformados.
Por
lo tanto, esperar que una humanidad regenerada y superior provenga de
una sociedad de hiperabundancia material, como propone C. Marx, es un
error descomunal, si no algo peor.
Félix Rodrigo Mora.
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