lunes, 3 de diciembre de 2012

LECTURAS PIADOSAS.


Si tomamos en cuenta los ritmos propios del actual contexto sociocultural y la inercia neuroexploradora de  nuestro cerebro, parece que el camino se dibuja con claridad: 
Es fundamental conceder a nuestro cerebro momentos de relajación total, extraerlo del vertiginoso intercambio de información y colocarlo en un estado de no-hacer. 
Se trata de extender esos instantes envueltos en silencio sin ningún fin en particular, cultivando la simpleza y eludiendo cualquier tipo de estimulación más allá del estar, facilitando el cese del flujo informativo al que estamos permanentemente expuestos.

En pocas palabras se trata de que tengas la claridad y la voluntad necesarias para, periódicamente, bajarte de la ola y penetrar ese delicioso estado del no-hacer, sin expectativas, sin objetivos pre-establecidos, sin técnicas sofisticadas ni demandantes requisitos. 
Así que sacúdete cuanto antes esa falsa verdad de que tienes que estar haciendo algo todo el tiempo, incluidas esas actividades de esparcimiento con las que acostumbramos a mitigar el estrés laboral, y entrégate a la nada. 
Y aunque tal vez te parezca un ejercicio un tanto épico tomando en cuenta las circunstancias predominantes de tu vida, lo cierto es que para ello solo necesitas dos cosas: inhalar y exhalar. 

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