viernes, 18 de octubre de 2013

NOTA INFORMATIVA.

Es sabido que mientras el hombre moderno ha creído y aun cree en gran medida en el mito de la evolución, las civilizaciones antiguas en cambio, y casi sin excepción, incluidas las poblaciones “salvajes”, creyeron en la involución, la gradual decadencia del hombre a partir de un estado primordial que concebían, no como un pasado semi-simiesco, sino como el de una alta espiritualidad.

La forma más notoria de tal enseñanza es el mito de Hesíodo respecto de las cuatro edades del mundo -del oro, de la plata, del bronce y del hierro- las cuales corresponden a grados sucesivos de la mencionada decadencia o descenso. 
Totalmente análogo a ello es la enseñanza hindú respecto de los yuga, ciclos de conjunto y sucesivos que son del mismo modo cuatro y que a partir de una “edad del ser” o “de la verdad” satya-yuga, van hasta una “edad oscura“, kali-yuga. 

Según tales tradiciones, los tiempos actuales corresponden al epicentro propio de este último período: nosotros nos encontraríamos pues, en plena “edad oscura“.

Si bien la formulación de tales teorías sea antiquísima, de hecho los caracteres previstos para la “edad oscura” corresponden en modo sumamente desconcertante a las características generales de nuestros tiempos. Ello puede ser recabado de ciertos pasajes del Vishnu-pûrana, texto que nos ha conservado gran parte del tesoro de las antiguas tradiciones y de los antiguos mitos de la India.

"Razas de siervos, de sin casta y de bárbaros se adueñarán de las riberas de la tierra hindú. Los jefes que reinarán sobre la tierra, como naturalezas violentas se adueñarán de los bienes de sus súbditos. Limitados en su poder, la mayor parte de éstos se levantará y caerá rápidamente. Muy breve será su vida, insaciables sus deseos, y ellos casi ignorarán qué cosa sea la piedad. Los pueblos de los diferentes países, que se mezclarán con ellos, seguirán su mismo ejemplo".


"La casta predominante será la de los siervos. Aquellos que poseen abandonarán la agricultura y el comercio y se convertirán en siervos o ejerciendo profesiones mecánicas. 
Los jefes en vez de proteger a sus súbditos los despojarán y bajo pretextos fiscales robarán las propiedades a la casta de los mercaderes".

"La salud y la ley disminuirán de día en día hasta que el mundo esté totalmente pervertido. Sólo los bienes materiales conferirán rango. Como única meta de devoción será la preocupación por la salud física, el único lazo existente entre los sexos será el placer, el único camino para el éxito en las competencias será el fraude y la mentira". 

"La tierra será sólo venerada por sus tesoros minerales. Las vestimentas sacerdotales sustituirán a la dignidad del sacerdote. La debilidad será la única causa de la obediencia. La raza será ya incapaz de producir nacimientos divinos".

"Habiendo sido socavados por seres sin fe, los hombres se preguntarán entonces de manera insolente: ‘¿Qué autoridad tienen los textos tradicionales? ¿Qué son estos dioses, qué es la casta que posee la autoridad espiritual?”. El respeto por las castas, por el orden social y por las instituciones será menoscabado en la edad oscura. Los matrimonios en esta edad dejarán de ser un rito y las reglas que vinculan a un discípulo con un Maestro espiritual no tendrán más fuerza. Se pensará que quienquiera y por cualquier vía pueda alcanzar el estado de los regenerados y los actos de devoción que podrán aun ser ejecutados no producirán resultado alguno".


"Todo orden de vida será promiscuamente igual para todos. Aquel que distribuya más dinero será señor de los hombres y la descendencia familiar dejará de ser un título de preeminencia. Los hombres concentrarán sus intereses en la adquisición, aun deshonesta, de las riquezas".

"Cualquiera se imaginará ser igual a un brâhmana. La gente tendrá como nunca un terror por la muerte y se espantará por la pobreza; tan sólo por tales razones conservará la apariencia de un culto".

"Las mujeres no cumplirán más con las órdenes de sus esposos ni de sus padres. Serán egoístas, abyectas, descentradas, mentirosas y se apegarán a las personas disolutas. Ellas se convertirán simplemente en objeto de satisfacción sexual. La impiedad prevalecerá entre los hombres desviados por la herejía y, en consecuencia, la duración de su vida será mucho más breve".

Si la actualidad de tal profecía del Vishnu-pûrana tiene rasgos difícilmente refutables, para alcanzar el significado completo de la misma habría que tener un sentido del punto de referencia, es decir de aquello que habrían sido sus orígenes, del estado desde el cual paulatinamente la humanidad habría decaído. ¿Pero qué significado hoy podrían tener para la mayoría términos tales como ‘edad del ser’ y ‘edad del oro’? Lamentablemente ello se reducirá a simples recreaciones mítico-literarias.

En el texto en cuestión valdría la pena notar dos temas ulteriores que mitigan sobremanera las tétricas perspectivas de la “edad oscura“. Haremos de ello tan sólo una mención. El primero es la idea de que aquel que ha nacido en el kali-yuga y es sin embargo capaz de reconocer los valores verdaderos y la ley verdadera, éste recogerá frutos sobrenaturales difícilmente alcanzables en tiempos más fáciles. 

El segundo punto es que el mismo kali-yuga, en razón de vincularse a un desarrollo cíclico cósmico más vasto, tendrá también un final. 
A causa de una mutación no simplemente humana se producirá una mutación general. Le seguirá a ello una especie de regeneración, de un nuevo principio.

Julius Evola.

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