martes, 2 de septiembre de 2014

ECOS DE SOCIEDAD.


EL HIJO DEL LEÓN.

Entrevista divulgativa por Y.d. Souza.

El escritor Ibn Asad ha publicado su último trabajo El Hijo del León, un auténtico misil para la conciencia de los lectores que se atrevan a leerlo. No te deja indiferente. El Hijo del León es otro libro de caza mayor. Impactante. Inédito. Sorprendente. Son adjetivos torpes que aún digo en estado de shock. Otro libro maldito. Otro libro de culto. Pues eso es su autor: un escritor maldito para el público culto, un escritor de culto para el público maldito del que formo parte. Gracias por el privilegio de la première y la entrevista.

Ibn Asad:
Gracias a ti. Todo lo que has dicho es una exageración. Un tío como yo no lo merece. Es lo que pasa cuando pides a un amigo que te presente un libro.

 Y. Souza: Pues al grano entonces. Habla de El Hijo del León

Ibn Asad:
Este libro cierra mi obra escrita y es el punto final de una Trilogía que fue concebida hace años. Su boceto ya estaba listo a finales de 2012 pero tuve que trabajar durante casi dos años
para respaldar los datos recogidos a través de textos védicos y, al mismo tiempo, sincronizar la exposición con la teoría musical de la tradición dhrupad y un apéndice sonoro que yo mismo produje. 
Quizás algunos lectores no perciban este trabajo, pero el esfuerzo fue inmenso. Ese es el motivo de la tardanza de la publicación. Como sabes, dejé de publicar como periodista y autor comercial para poder centrarme en mi trabajo intelectual que no sería tan literario como aparenta. Este libro forma parte de ese trabajo.

 Y. Souza: ¿Qué relación tiene con los dos libros de la Trilogía, tan diferentes entre sí?.

 Ibn Asad:
Este tercero también es muy diferente a los otros dos. Mi intención con la Trilogía siempre la tuve clara. Son tres tiempos de un mismo mensaje. Con La Danza Final de Kali
 expuse una serie de problemas contemporáneos que hace sólo cinco años parecieron muy raros pero que hoy todo el mundo ya identifica. Lo hice desde un punto de vista muy superficial, como no podía ser de otra manera. Eso hizo a La Danza Final de Kali un libro muy popular y muy vendido. 
La parte positiva de todo esto fue que muchos lectores se acercaron a otras lecturas más profundas gracias a él. La parte negativa fue que hubo otros lectores que esperaron del libro, de mi obra y de mí mismo, algo que no es. Esto lo dejé claro con
La Rueda de los Cuatro Brazos
Yo escribo para una minoría formada por uno mismo donde el segundo sobra.

Decepcioné (y era mi intención decepcionar) a los conspiranoicos, a los new-age e incluso a algunos tradicionalistas. Y ahora con El Hijo del León, hago lo que finalmente quería hacer. Expongo la teoría esencial de donde mana el conocimiento demostrado en los trabajos anteriores. Este libro cierra la Trilogía y cierra también una misión literaria determinada. Misión cumplida.

Y. Souza: Alguien dirá que eso suena algo pretencioso.

 Ibn Asad:
Y tendrá parte de razón quien diga eso. En el ámbito espiritual pienso que hay que ponerse el listón lo más alto que nuestra vista alcance. Ambicioso es poco. Quizás pretencioso sea más adecuado si quiero definirme como autor, un autor que jamás podrá alcanzar su propósito. 
Yo siempre he tenido claro por qué escribía. Y también siempre tuve claro que ese objetivo es inalcanzable a través de los libros. Pero eso no me detuvo. Un escritor tiene que saber cuál es la finalidad de un libro, una novela, una obra de teatro, una poesía, lo que sea. Se puede escribir una novela para vender miles de ejemplares y hacerse rico. Se puede escribir una obra de teatro para denunciar una situación política. Se puede escribir un poema para conquistar a una mujer. Se puede cumplir el objetivo o no. Ninguno de los anteriores fue mi caso. En lo que a mí respecta, escribo con el único objetivo de transformar la vida del lector para siempre.

  Y. Souza: ¿A quién va dirigido este libro? ¿A quién le va a cambiar la vida?.

Ibn Asad:
Va dirigido a quien quiera leerlo. Recomiendo El Hijo del León a todo aquel que busque un libro con contenido jamás publicado, verdaderamente inédito. 
Quise marcar una diferencia: en La Rueda de los Cuatro Brazos recopilé datos coincidentes de diversas tradiciones y los presenté juntos. Nadie lo había hecho así. Sin embargo El Hijo del León no es sólo eso. Hay algo más que yerma erudición en este libro: hay una profunda investigación espiritual insertada en mi trabajo iniciático como músico. 
Nadie antes y mucho menos un español, había trabado estos contenidos por escrito, con un respaldo bibliográfico apoyado en los mismo textos tradicionales y, además, ilustrado con la expresión musical de mi ámbito iniciático y personal. Hay un apéndice de audio de más de tres horas de música.

  Y. Souza: La música parece que tiene protagonismo en el trabajo. ¿Qué importancia tiene?.

Ibn Asad:
Antes de nada, yo soy músico. Alguien dijo que escribir libros es componer música muda, y yo creo que es cierto. Al intentar exponer conocimientos metafísicos, el libro se va quedando cada vez más obsoleto. El trabajo de un músico o un artesano puede explicar Metafísica muchísimo mejor que un escritor o un filósofo. Por eso hay un apéndice musical importante para la completa lectura del libro que se podrá descargar en www.ibnasad.com.  Una monografía sobre el pensamiento indoario con un audio explicativo de más de tres horas de música. Todo esto en un libro. Insisto: jamás nadie hizo algo así antes.

  Y. Souza: Para mí lo más sorprendente del libro fue lo encontrado sobre Cristo y el Cristianismo. Es algo verdaderamente revolucionario y novedoso, justo cuando parece que ya se había dicho todo sobre Jesús.

Ibn Asad:
Sí, yo siempre había evitado pronunciarme en esa reciente polémica moderna sobre la existencia o no existencia de Jesús, consciente de la campaña anticristiana que hay detrás de ella. No existe un debate serio ni espiritual al respecto, sino más bien un lodazal propio del sensacionalismo y la prensa amarilla. Sin embargo, al tratar un tema como el de este libro, evidentemente tenía la obligación de hablar de Jesús-Isa. Y me mojo, opino. Algunos me avisaron de que iba a enfadar a muchos cristianos y católicos, pero no fue así. Al contrario. La acogida del libro por los cristianos que lo han leído ha sido excelente. Esto se debe a que una lectura espiritual seria no le importa lo extraña, innovadora, revolucionaria, chocante o novedosa que sea una opinión, sino que ésta se presente de forma sólida, respetuosa, bien argumentada y mejor documentada, como es el caso.

 Y. Souza: ¿Puedes comentar algo sobre el título?.

Ibn Asad:
Está explicado en el libro. Asad es uno de los símbolos de los avatares del dashavatara, el Narasimha, el Hombre-León. Además El Hijo del León es uno de los epítetos de una manifestación shaiva relacionada con Narasimha y con una iniciación guerrera que sigue vigente dentro de la tradición sikh. 
La imagen de la portada es un estandarte bermellón del Imperio Mughal, relacionado con todo esto y con mi contexto iniciático particular. Es mi nombre, iniciático y personal. Me pareció que la mejor manera de titular mi último libro era firmarlo.

  Y. Souza: ¿Dejas de ser un autor anónimo?.

 Ibn Asad:
Nunca lo fui. Al menos para ti y para los que me conocen.

Y. Souza: Es sorprendente la serie de especulaciones que existen sobre quién eres. He escuchado que eres un mendigo, un profesor de Yoga, un profesor universitario, un exsacerdote, un loco que vive en una clínica psiquiátrica, un agente de la CIA, un actor, un masón… ¿Qué es todo esto?.

 Ibn Asad:
Buena pregunta. No lo sé. Todo son bulos, pero ninguno creado por mí. Supongo que son técnicas de marketing. Nunca tuve que interesarme por el marketing porque hice de mis enemigos mis mejores publicistas. Me gustan las bromas. Quizás con los libros soy serio. Pero fuera de ellos, pocas cosas me tomo en serio.

Y. Souza: ¿Quién es Ibn Asad en realidad?.

Ibn Asad:
Eso se desvela en la última línea del libro.

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