Pero, ¿cuál es el secreto de su juventud?. Parece ser que está estrechamente relacionado con su alimentación, su dieta natural y sus costumbres; son vegetarianos y se bañan en agua helada, llegando a hacerlo incluso a 15º bajo cero.
Dependiendo de la estación del año, la base de su alimentación son frutas y verduras crudas en verano y albaricoques secos, granos germinados y queso de oveja en invierno.
Robert McCarrison, fue el primero en interesarse por este pequeño paraíso, observando que estas gentes consumían muy pocas proteínas. Hizo el cálculo de que en un día ingerían alrededor de 1.933 calorías, 50 gramos de proteínas, 36 gramos de grasa y 365 gramos de carbohidratos.
McCarrison llegó a la conclusión de que la dieta es el factor principal de la longevidad de esta población porque otros pueblos vecinos, con el mismo clima pero con otra alimentación padecían más enfermedades y su esperanza de vida era dos veces más corta. Otro investigador: R. Bircher, estaba plenamente seguro de que ser vegetarianos era la clave de su salud porque consumen frutas y verduras naturales y también tienen periodos regulares de ayuno.
Las amables gentes de Hunza creen que el secreto de su longevidad está en comer productos naturales, trabajar y estar siempre activos, moviéndose mucho. Otra de sus características es que siempre están de buen humor lo que deriva en una vida plena y apacible.
Son muy parecidos en su fisonomía a los europeos. Ellos afirman descender de tres soldados de Alejandro Magno que perdieron su camino en uno de los barrancos escarpados de la cordillera del Himalaya.
Todos los viajeros que han visitado el Hunza se han mostrado particularmente impresionados por su ambiente de paz y por la espléndida salud y la amabilidad de su gente.
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