martes, 7 de octubre de 2014

GANADERÍA.


Lord Alfred Milner expuso su visión del futuro durante un encuentro celebrado en 1903, más de medio siglo antes de que se fundara el grupo Bilderberg. Hizo hincapié en lo siguiente:

   Debe haber una aristocracia, no privilegiada sino comprensiva y con determinación, o de lo contrario la humanidad fracasará. Y aquí es donde surge mi peculiar conflicto con la democracia. 

Si la humanidad en general es capaz de alcanzar un elevado nivel de educación y la libertad para crear que ello requiere, mucho más capaces serán los mejores y más enérgicos miembros de la misma para conseguirlo.
La solución no reside en la confrontación directa. Podemos derrotar a la democracia porque comprendemos cómo funciona la mente humana, el espíritu de la persona.

    Necesitamos la imaginación constructiva del vasto grupo de personas poderosas, inteligentes, emprendedoras e influyentes entre las que se difumina el poder hoy en día, para alcanzar la cultura de una aristocracia consciente, sumamente selectiva, de mentalidad abierta y dedicada, que se me antoja que será la siguiente fase necesaria del desarrollo de los asuntos humanos. Yo veo el progreso humano no como un producto espontáneo de gente o de mentes incultas, que se ven empujadas por necesidades elementales, sino como un resultado natural pero complejo de intrincadas interdependencias humanas, de energía y curiosidad humanas liberadas que se mueven por placer, pasiones y motivaciones humanas modificadas y reencauzadas por la literatura y el arte.



El escritor Jan D. Colvin en su libro The Unseen Hand in English History [La mano invisible de la historia de Inglaterra]  lo aclara:

    El principal objetivo de la política, como bien saben los hombres inteligentes, es el interés de los que la dirigen.

 Los gritos estentóreos y los plausibles principios por los que los jóvenes y los ingenuos creen, por lo general, que se está librando la batalla suelen ser pretextos, banderas, el mero color de la acción. 
Los hombres y, sobre todo, los políticos, rara vez revelan sus verdaderos motivos; antes bien, casi siempre los envuelven en alguna virtud, alguna fe o alguna abstracción verosímil.



 Según Lyndon LaRouche  "el método esencial para acallar a la población es la despiadada supresión de los poderes creativos de la razón, esa capacidad mental del hombre que habitualmente aparece en forma de descubrimientos válidos para la Física que revolucionan los axiomas anteriores".

Consciencia y verdad. Blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario