martes, 15 de agosto de 2017

PUERTAS AL CAMPO.


El verdadero estado de percepción alerta consiste en permitir que la vida fluya libremente, sin que quede ningún residuo. 
La mente humana es como un colador que retiene algunas cosas y deja pasar otras. Lo que retiene es la medida de sus propios deseos; y los deseos, por profundos, vastos o nobles que sean, son pequeños, son mezquinos, porque el deseo es cosa de la mente. 

La completa atención implica no retener cosa alguna, sino poseer la libertad de la vida, que fluye sin restricción ni preferencia alguna. Siempre estamos reteniendo o eligiendo las cosas que significan algo para nosotros, y aferrándonos perpetuamente a ellas. A esto lo llamamos experiencia, y a la multiplicación de experiencias la llamamos riqueza de la vida. 
La verdadera riqueza de la vida es estar libre de la acumulación de experiencias. La experiencia que queda, que uno retiene, impide ese estado en que lo conocido no existe.
Lo conocido no es el tesoro, pero la mente se aferra a eso, con lo cual destruye o profana lo desconocido.

La vida es una cosa extraña. Feliz el hombre que nada es.



J. Krishnamurti.

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