viernes, 12 de enero de 2018
ESTRAGOS DEL PROGRESO.
¿Podemos decir, en fin, que vemos en la vida aspiraciones hacia la unidad, hacia una unificación? Ciertamente que no. No vemos sino nuevas divisiones, nuevas hostilidades, nuevos malentendidos. De manera que nada denota una evolución en la situación actual de la humanidad.
Por el contrario, si comparamos a la humanidad con un hombre, vemos claramente el crecimiento de la personalidad a expensas de la esencia; es decir, el crecimiento de lo artificial, de lo irreal, de lo que no es nuestro, a expensas de lo natural, de lo real, de lo que es nuestro.
Al mismo tiempo, constatamos un crecimiento del automatismo. La civilización contemporánea quiere autómatas. Ciertamente la gente está en camino de perder sus costumbres de independencia, se convierte cada vez más en robots, no son sino engranajes de sus máquinas. Es imposible decir cómo terminará todo esto ni cómo salir de ello, ni incluso si puede haber un fin y una salida.
Una sola cosa es segura, y es que la esclavitud del hombre no hace sino aumentar.
Gurdjieff.
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