viernes, 10 de abril de 2020

MEQUEDOENCASA.ARGGGHH...


El otro día me emocioné pensando en mis biznietos. Desde entonces se me cae la baba y voy dejando rastro por toda la casa. Sé que no es por la edad (tengo mis años, sí, pero ni uno más). También sé que insalivar es bueno.

La fregona ya no me sirve (llené dos cubos antes del mediodia) y ahora mismo tengo el comedor y la cocina con más de medio metro en el que chapoteo sí o sí. La bodega ya debe de estar llena porque veo como sigue subiendo el nivel por la rampa que da a la calle, menos mal que tuve tiempo de abrir la puerta de la cochera.

 Voy a aprovechar la hora de aplaudir para dar aviso a los vecinos por si se da el caso de que tengan que salir nadando a la calle, con o sin perro. Yo llevo puesto mi traje de neopreno y acabo de pedir un yate a la empresa de reparto para cuando pueda salir, por si acaso. Acuérdate del diluvio.

Si llega a inundarse la ciudad, Dios no lo quiera, he decidido proponer al alcalde la celebración de actividades o juegos náuticos cuando el consistorio lo crea oportuno o llegue el tiempo apropiado. También se podrían hacer algunas maniobras navales del ejército de tierra o lo que sea. Pienso que el verano puede ser buena época. O antes. O después.

Si para entonces la ciudad ya no existe, lo siento mucho, no puedo evitar lo que la naturaleza y el gobierno me están obligando a hacer, no sólo a mí, sino también a algún vecino e incluso a todo el barrio, porque me parece oir ruido de puertas de cochera abriéndose y ahora otro más lejano... a ver..., sí, como de olas rompiendo sobre el asfalto, ...o quizá sean aplausos. Se oye fatal con la escafandra puesta.


Y el yate sin llegar. No sé si pedir un helicóptero.
Mejor un yate y un helicóptero; que en estos casos o eres previsor o te mueres.

P.D. 1.- Creo que la soledad me está afectando, pero poco.

P.D. 2.- Buceando en el frigo he encontrado dos toneladas de comida predigerida, estupendo. Sobreviviré.


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