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En octubre de 1918, en el apogeo de la gripe española, en Brookline, Massachusetts, todas las camas de hospital estaban ocupadas y se habían agotado las existencias de la mayoría de los medicamentos. Como medida provisional, en Corey Hill, se erigieron tiendas de campaña y a los enfermos se les permitió:

Sol, aire puro y una dieta de frutas y agua, que diariamente producía resultados milagrosos. Desde el principio, los resultados fueron sorprendentes. Muchos eran casos de neumonía grave y, por primera vez desde que comenzó la epidemia, había esperanza de que el virus desconocido pudiera ser derrotado con las propias armas de la naturaleza.

Trágicamente, las autoridades de salud no aprendieron nada de esto y procedieron a colocar a los enfermos nuevamente en los hospitales y administrarles medicamentos inmediatamente cuando las camas y los medicamentos estuvieron disponibles.

No se sabe ampliamente que muchas drogas se usaban liberalmente en este momento en todo el mundo. La quinina, la estricnina, el alcohol, la aspirina, la morfina, la fenacetina, el fenol, el tabaco, además de la fumigación, las sábanas calientes/frías y el hacinamiento agravaron el problema.

El Dr. James Herrick del Prebyterian Hospital de Chicago, al ver las consecuencias adversas de estos medicamentos y tratamientos, fulminó: “Esto es polifarmacia desenfrenada”.

Repensar el manejo de la gripe (y otras enfermedades agudas):

En cada caso desgarrador de muerte por gripe que leí, se afirma que la persona murió después de 1 o 2 semanas de aumento de la enfermedad. A veces se mencionan los tratamientos y los medicamentos, pero la mayoría de las veces no. El tratamiento exacto, incluida la comida dada, sería muy revelador. Una cosa es segura: estos trágicos casos nunca fueron ayunados y tratados como lo hubiera recomendado Trall.

Durante décadas, he visto a personas recuperarse bien de enfermedades agudas como influenza, bronquitis, neumonía y otras enfermedades agudas sin medicamentos, siempre que escuchen a sus cuerpos y descansen completamente en la cama, ayunen hasta que los síntomas desaparezcan, tomen sorbos de agua cuando tengan sed o estén secos, mantengan caliente, especialmente los pies, y asegure aire fresco y tranquilo. No surgen complicaciones cuando se adoptan medidas higiénicas como estas, como afirma el Dr. Trall en su libro en repetidas ocasiones.

El Dr. Herbert Shelton escribió un artículo completo titulado Influenza en 1944. Afirma:

“Los médicos y los pacientes rara vez se dan cuenta de hasta qué punto el tratamiento es responsable del aumento y la prolongación del sufrimiento y la muerte. Los médicos no son conscientes de su falacia de 'comer muchos alimentos nutritivos para mantener su fuerza'. …El delirio, el espasmo, la peritonitis, la neumonía, la pleuresía, los problemas cardíacos, la enfermedad del sueño, etc. se enumeran entre las complicaciones de la influenza. Estos se desarrollan en aquellos que son alimentados y drogados.

“Ya sea que la condición sea un resfriado severo, influenza o neumonía, lo primero es dejar de comer. No se debe permitir absolutamente ningún alimento, pero sí agua, hasta que los síntomas agudos hayan desaparecido. No se debe recurrir a drogas de ningún tipo.

" Vete a la cama y descansa. Manténgase caliente. Descanso, ayuno, calor: estas son las necesidades. Tenga mucho aire fresco en su habitación. En estas condiciones usted podrá estar en cama y recuperarse en poco tiempo sin complicaciones ni secuelas.

“No necesitas tratamiento. La fiebre, la inflamación, la tos, etc. constituyen el proceso de curación. Simplemente apártese de su camino y permítales completar su trabajo. No trates de ayudar a la naturaleza, ella no necesita tu insignificante ayuda, solo te pide que dejes de interferir”.

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