El poeta no podrá componer nada que contradiga lo que la ciudad considera legal, justo, bello o bueno; una vez escrito su poema, no podrá darlo a conocer a ningún particular, antes de haber sido leído y aprobado por los jueces que para ello hubieran designado los guardianes de las leyes y aquél al que escogimos como director de educación.
Platón. Las leyes.
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