sábado, 28 de octubre de 2023

INFORMATIVOS.


En 1971, la NASA y la Universidad de Columbia, predijeron la inminente llegada de una nueva Edad de Hielo. Este vaticinio, que afortunadamente no llegó a confirmarse, estaba basado en los descensos de temperatura observados entre los años 50 y 70 del pasado siglo, a pesar del importante incremento de emisiones de CO2 que se produjo en esa misma época.


En 1982, el director del Programa Medioambiental de la ONU, vaticinó que para el año 2000, si no se tomaban las medidas oportunas, el mundo debería hacer frente a una catástrofe climática que implicaría una devastación completa e irreversible, similar a la de un holocausto nuclear.

En 1989, Noel Brown, oficial medioambiental senior de la ONU, anunció que, si no se conseguía detener el aumento del nivel del mar, a principios del tercer milenio, habría naciones enteras que serían borradas del mapa.

En el año 2000, en el Reino Unido, Charles Onians afirmó en el periódico The Independent, que el calentamiento global había terminado con la nieve para siempre, y que las nevadas ya eran cosas del pasado.

En 2004, un informe del Pentágono vaticinó que el cambio climático sería la causa desencadenante de una guerra nuclear y que hacia 2020, algunas grandes ciudades europeas se hundirían en el océano.

En 2006, Al Gore profetizó que, si no se tomaban medidas drásticas para reducir las emisiones atmosféricas relacionadas con el efecto invernadero, el cambio climático causaría millones de muertos y en diez años el mundo llegaría a un “punto de no retorno”.

En 2007, Rajendra Pachauri, Director del IPCC (el grupo internacional de expertos sobre cambio climático promovido y patrocinado por la ONU), afirmó que había llegado el momento definitivo en la lucha contra el cambio climático, y que si no se desarrollaban las acciones requeridas antes de 2012, ya sería demasiado tarde.

Ese mismo año de 2007, la NASA vaticinó que en la siguiente década, poniendo como límite el año 2015, el Océano Ártico se quedaría sin hielo. Cuatro años más tarde, en 2011, Carlos Duarte Quesada, oceanógrafo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), fue un poco más conservador y pronosticó que el fin del hielo ártico tendría lugar durante el verano de 2018.

Una nueva profecía, esta vez de los científicos de Harvard, estableció que el hielo se fundiría completamente en 2022.

En 2018, Greta Thumberg, con la autoridad que le otorga su dilatada experiencia y sus sólidos conocimientos científicos (gracias a las enseñanzas recibidas en el colegio al que dejó de asistir los viernes), afirmó que la humanidad se extinguirá si el cambio climático no se estabiliza en 2023 y se dejan de utilizar combustibles fósiles.

Laureano Benítez. 


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