Si llevamos un poco más allá nuestro análisis del pensamiento colectivo encontraremos que la dialéctica del poder y la necesidad de sumisión y satisfacción acaba siendo una dialéctica del odio.
La colectividad no sólo necesita absorber a todo el que pueda sino también, implícitamente, odiar y destruir a todo aquel que no pueda ser absorbido.
Paradójicamente, una de las necesidades de la comunidad es rechazar a ciertas clases, o razas, o grupos, para fortalecer su propia conciencia de sí misma odiándolas en vez de absorbiéndolas.
Thomas Merton.
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