miércoles, 5 de febrero de 2025

ECOS DE SOCIEDAD.


Sin libertad de pensamiento la sabiduría no puede existir, así como tampoco puede existir la libertad pública sin libertad de palabra, que es el derecho de todo hombre, siempre que por ella no pisotee o disminuya el derecho de los demás.

Este privilegio sagrado es tan esencial a los gobiernos libres que la seguridad de propiedad y la libertad de palabra van siempre juntas, y en esos malhadados países en lo que un hombre no puede llamar suya a su lengua, difícilmente pondrá llamar suya a ninguna otra cosa.

Y así como es de la incumbencia e interés del pueblo, a cuyo único favor se tratan, o al menos deberían tratarse, todos los asuntos políticos, comprobar si éstos están bien administrados es, y debería ser, la ambición de todo gobernante honesto que sus obras sean examinadas libremente e indagadas públicamente: sólo los gobernantes aviesos temen lo que se dice de ellos.

Benjamín Franklin.


 

ENLAZANDO.

https://t.me/rafabudo/1443 


 

lunes, 3 de febrero de 2025


 

CITAS.


Si la primera mitad del siglo XX fue la era de los ingenieros técnicos, la segunda mitad bien puede ser la era de los ingenieros sociales - y el siglo XXI, supongo, será la era de los Controladores Mundiales, el sistema científico de castas y el Nuevo Mundo Feliz.


Los dictadores más antiguos cayeron porque nunca pudieron proporcionar a sus súbditos suficiente pan, suficientes circos, suficientes milagros y misterios. Bajo una dictadura científica, la educación realmente funcionará, con el resultado de que la mayoría de los hombres y mujeres crecerán amando su servidumbre y nunca soñarán con la revolución. No parece haber ninguna buena razón para que una dictadura completamente científica deba ser derrocada.

Aldoux Huxley.




La mayoría de nosotros estamos psicológicamente inclinados a la voluntad de los poderosos antes de siquiera estar en condiciones de empezar a pensar en oponernos al statu quo. Somos arreados como ganado lejos de los pensamientos de revolución y cambio, guiados por mentes estrictamente controladas de la misma manera que un toro es guiado por el anillo en su nariz.

Una vez que se ve lo generalizado que es el condicionamiento, se comprende por qué la puesta en marcha de verdaderos movimientos revolucionarios se enfrenta a tanta inercia. No podremos liberarnos hasta que encontremos una manera de liberar nuestras mentes.

caitlinjohnst.



 

domingo, 2 de febrero de 2025


 

INFORMATIVOS.


Una mente tranquila no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es obtener un conocimiento correcto del «yo». La mente está tranquila en el sueño, bajo anestesia general y en todas las demás formas de manolaya, pero de nuevo salta a la actividad. 

Sólo el autoconocimiento la destruye por completo. Por lo tanto, ignoremos la mente, no nos preocupemos de si está quieta o activa, y en su lugar dirijamos toda nuestra atención sólo al conocimiento del «yo». Si lo hacemos así, la mente acabará fundiéndose en nosotros para siempre, de modo que no haya lugar para que esté quieta o activa.

El problema es que, aunque todos decimos que queremos conocernos a nosotros mismos, en cuanto empezamos a prestarnos atención a nosotros mismos surge en la mente alguna otra atracción y nuestra atención se vuelve extrovertida. Por tanto, debemos aprender a que nos guste la autoatención más que cualquier otra cosa.

Ramana Maharshi.





¿Quién estaría ahí para reivindicar la iluminación? ¿Quién quedaría para decir «la he hallado»?

Jan Kersschot.



 

sábado, 1 de febrero de 2025

 


INFORMATIVOS.


Sólo bastan 90 segundos manteniendo un sentimiento como estrés, odio, ira, pánico, etc para modificar hasta 6 horas la bioquímica de nuestro cuerpo y generar un cuerpo ácido… y por lo tanto aparece la “enfermedad”.

Cuando nos sentimos enfadados, el cuerpo entra en estado de alerta, liberando hormonas como el cortisol, conocida como la "hormona del estrés".

Esta reacción forma parte del mecanismo de supervivencia, pero cuando la ira persiste, el exceso de cortisol puede causar efectos nocivos en el organismo, como aumento de la tensión arterial, aceleración del ritmo cardíaco y disminución de la función inmunitaria.

Tras un estallido de ira, los niveles de cortisol no vuelven a la normalidad inmediatamente. El organismo puede tardar hasta siete horas o más en recuperar su equilibrio natural, dependiendo de la intensidad de la emoción y de la capacidad del individuo para afrontar el estrés.

Rafa Budo. Telegram.