Una mente tranquila no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es obtener un conocimiento correcto del «yo». La mente está tranquila en el sueño, bajo anestesia general y en todas las demás formas de manolaya, pero de nuevo salta a la actividad.
Sólo el autoconocimiento la destruye por completo. Por lo tanto, ignoremos la mente, no nos preocupemos de si está quieta o activa, y en su lugar dirijamos toda nuestra atención sólo al conocimiento del «yo». Si lo hacemos así, la mente acabará fundiéndose en nosotros para siempre, de modo que no haya lugar para que esté quieta o activa.
El problema es que, aunque todos decimos que queremos conocernos a nosotros mismos, en cuanto empezamos a prestarnos atención a nosotros mismos surge en la mente alguna otra atracción y nuestra atención se vuelve extrovertida. Por tanto, debemos aprender a que nos guste la autoatención más que cualquier otra cosa.
Ramana Maharshi.
¿Quién estaría ahí para reivindicar la iluminación? ¿Quién quedaría para decir «la he hallado»?
Jan Kersschot.
No hay comentarios:
Publicar un comentario