Te conviene saber a qué altura estás y cuánto es tu poder para saber lo que puedes esperar. Y si esto es de aplicación para todos los mortales, cuánto más aún lo ha de ser en este juego de espejos que es la Corte.
No esperes que te hagan justicia y te ahorrarás desengaños, acepta esta realidad y obra en consecuencia, y así, desengañado y avisado, tu estancia en la Corte será más llevadera y soportable. Y si por tu natural eres de carácter idealista, harás muy bien en mudar tu carácter, pues aunque los ideales están muy bien para anunciarlos, aquí te será difícil y hasta peligroso el practicarlos.
Manual y espejo de cortesanos. Carlos Martín Pérez.
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