miércoles, 9 de enero de 2013

GANADERÍA.



La estructura básica de la escolarización moderna fue asentada durante la toma del poder de la India por parte de los británicos a finales del siglo XVIII.

Durante aquel período, en aquel preciso lugar, se descubrió que los secretos del éxito en el control de las masas residían en ocho directrices utilizadas por la aristocracia hindú en el tipo de formación primaria dirigida a la joven plebe:

1) En lugar de desarrollar habilidades, ejercitar la memorización.

2) En lugar de ejercicios destinados a formar una opinión propia, inculcar determinados hábitos y actitudes.

3) Poner límites estrictos a las preguntas de los estudiantes.

4) Poner límites estrictos a la asociación entre estudiantes.

5) Frecuentes pruebas sobre el material memorizado. Hacer pública la calificación obtenida en las pruebas.

6) Denegar al estudiante todo derecho a iniciar un currículum personal.

7) Larga reclusión en condiciones de inmovilidad y silencio.

8) En un entorno extraño, entre personas y rutinas extrañas, colocar al estudiante bajo la dirección de extraños que ponen freno a toda tentativa de establecer una relación alumno profesor personal.

Esta receta impresionó al capellán militar británico Alexander Bell, que publicó una versión de la misma en 1797 en Londres. Pensó que una receta tal podría resultar de utilidad para dirigir el propio orden social clasista de Gran Bretaña.

Pocas veces un único y breve ensayo ha tenido tanta influencia en la historia mundial. Al cabo de poco tiempo, las palabras de Bell eran leídas con interés en los círculos gubernamentales del mundo entero.

John Taylor Gatto. El salón de los espejos.


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