En cierta ocasión ocurrió que allí (en el “País del Mar”…), por primera vez, en la costa, un monstruo extraordinario, llamado Oannes, surgió del Mar de Eritrea. Todo su cuerpo era el de un pez y bajo esa cabeza tenía otra cabeza y unos pies parecidos a los de un hombre.
Este ser que se pasa sus días con los hombres sin tomar ningún alimento les enseñó la escritura, todo tipo de ciencias y de técnicas, la construcción de templos, la jurisprudencia y la geometría.
También les reveló el cultivo de cereales y la recolección de los frutos.
Les dió,en suma, todo aquello que constituye la vida civilizada. Y lo hizo hasta tal punto y de forma tan magnífica que, desde entonces, no se ha descubierto ninguna cosa importante.
En el momento del ocaso, este monstruo Oannes volvía al mar para pasar las noches en el agua, pues era anfibio.
Babyloniaka I (Historia de Babilonia, libro primero).
Berossos, siglo IV a.c.
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