Recientemente se comprobó que los huesos contienen una hormona, la osteocalcina, que influye significativamente en diversos procesos cerebrales.
Resulta que, curiosamente, el componente más físico o material de nuestro cuerpo, el ‘mecánico’ esqueleto, incide directamente en funciones esencialmente intangibles, por ejemplo la memoria o el aprendizaje.
Lo anterior fue descubierto por Gerard Karsenty, investigador del Centro Médico de la Universidad de Columbia. Además, de acuerdo con este genetista francés, esta hormona participa en muchas otras funciones corporales, como, por ejemplo, la de regular el azúcar de la sangre o en el sistema reproductor masculino.
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