jueves, 1 de mayo de 2014
ECOS DE SOCIEDAD.
Miguel Ángel Sánchez. Michoacán, 19 de abril de 2014.
Michoacán ha demostrado que es posible constituir una sociedad fuerte y sólida, impenetrable a las acciones de la delincuencia organizada, sólo que esa prueba irrefutable no ha sido obra del Gobierno Federal ni, mucho menos, del estatal.
Apenas el pasado 15 de abril, la comunidad indígena del municipio de Cherán cumplió su tercer aniversario de vivir sin delincuencia, sin policía, sin administración pública, pero en pleno y armónico desarrollo. Desde el 15 de abril de 2011, cuando las mujeres de a la comunidad cerraron el paso a los tala montes coludidos con la delincuencia organizada, no ha habido asesinatos, secuestros ni extorsiones, y los delitos que llegan a ocurrir los resuelve con un peculiar sentido de justicia la Asamblea General, máximo órgano de gobierno.
En Cherán –que en español significa algo así como “tierra del miedo”, en virtud de que ahí llegaron a vivir los más hábiles y temibles chamanes de la nación P’urhépecha- el sistema político fue reemplazado por una moderna versión de la organización tradicional del pueblo p’urhe.
“La forma, la estructura de gobierno que tiene Cherán es el resultado de una serie de aportaciones de muchos, de muchas personas. En la relación de Michoacán está el gobierno a través de Concejos y nosotros de ahí nos basamos, la máxima autoridad es la Asamblea General, después viene el Concejo Mayor, los K’ericha o Mayores y de ahí se viene una serie de Concejos”, explica la autoridad indígena en su página web.
En esa estructura no hay cabida para los partidos políticos, que no sólo no operan en el municipio, sino que están prácticamente proscritos por considerar nocivas y divisionistas sus acciones. La teoría social advierte que sin políticos y sin autoridades administrativas, la vida en sociedad sería un caos, pero en Cherán la organización se impone. Ahí “todo funciona a través de concejos”, se les conoce como concejos operativos, y sus acciones son coordinadas por el Concejo Mayor. Estos concejos asumen la responsabilidad de la administración local (equivalente a finanzas y administración), de lo que denominan vigilancia y mediación de justicia y otros concejos que integran la estructura del poder municipal.
Los integrantes de esos concejos son electos a mano alzada en la Asamblea General y están sujetos a la supervisión del Concejo Mayor, responsable de hacer valer y dar seguimiento a los acuerdos de asamblea. En Concejo Mayor está constituido por 12 integrantes, conocidos como Mayores, tres por cada uno de los cuatro barrios en que se organiza la comunidad: Barrio Kétsikua, Barrio Karhákua, Barrio Parhikutini y Barrio Jurhúkutini. Cada uno de ellos, por su parte, está sujeto a la supervisión de los denominados jueces menores, que son la autoridad en cada barrio.
Tanto los jueces menores como los asignados al Consejo Mayor son electos a mano alzada en las asambleas locales.
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