viernes, 26 de junio de 2015

SINTERGIA.


Una de las mas aventuradas y revolucionarias teorías neurofisiológicas que han intentado explicar Ia cualidad de
Ia experiencia a partir de la actividad cerebral, la teoría sintérgica, afirma que Ia resultante final de la actividad del cerebro es un campo hipercomplejo (el campo neuronal), que es capaz de interactuar directamente con la estructura basica del pre-espacio, distorsionandola. 
Según la teoría, esta distorsión es experimentada por nosotros como la realidad que percibimos.

Interactuamos continuamente con una matriz informacional o campo informacional que todo lo abarca y envuelve y que contiene en cada una de sus porciones toda la información. 
Es una matriz de tipo holográfico. 
En ese nivel de cualidad de la experiencia no hay objetos separados unos de otros, sino que se trata de un extraordinario campo informacional de enorme complejidad.

Nuestro cerebro interactúa con ese campo informacional que algunos llaman campo cuántico y otros como David Böhm, el orden implicado. Los físicos actuales hablan de un campo espacial y la Teoría Sintérgica la denomina campo sintérgico.

El cerebro interactúa con este campo y a partir de esta interacción, como resultado final del procesamiento cerebral, aparece la realidad perceptual, la que percibimos tal y como la conocemos, es decir, los objetos, formas, colores y texturas.

En ese campo informacional se encuentran la información de esos objetos, pero no la cualidad. El cerebro está encargado de alguna manera de descodificar ese campo informacional y la resultante final es la realidad que percibimos. 
Nosotros, en general, debido a nuestra incapacidad para entender el proceso, confundimos ese resultado final con un estimulo primario. Pero lo cierto es que no tenemos acceso al proceso de creación de la realidad perceptual, sino solamente a su resultado final. Y es precisamente esta confusión lo que nos lleva a pensar que la resultante final no es un producto creado por nosotros, sino una realidad independiente o ajena a nosotros, cuando en realidad somos nosotros quienes la elaboramos.

La Teoría Sintérgica afirma que en el procesamiento que el cerebro realiza para “ construir” la realidad, uno de los últimos pasos es la creación de “campo neuronal ”. 
La idea es que cada proceso energético que se lleva a cabo en la estructura de cada neurona, dentrita o axón del cerebro, crea una microdistorsión de la estructura del pre-espacio y que las interacciones entre todas estas microdistorsiones dan lugar a una macrodistorsión hipercompleja denominada “campo neuronal”.

Así el “ campo neuronal” es una matriz resultante de la actividad neuronal del cerebro. 
La teoría sintérgica afirma que este “ campo neuronal” actúa a su vez con la matriz pre-espacial y a partir de esa interacción, aparece la “realidad perceptual”, es decir la que percibimos con los sentidos físicos. Esta es la Teoría Sintérgica.

Dependiendo del “campo neuronal”, de su sintergia, de su coherencia y su densidad informacional, así será el nivel de interacción congruente con el campo cuántico. 
Se puede predecir o plantear la hipótesis de que una persona con un gran desarrollo debería poseer un “campo neuronal” de alta sintergia, muy coherente y equilibrado, pero funcionando en alta frecuencia.

Siendo el “campo neuronal” una partícula distorsión de la estructura del pre-espacio, se puede inferir que existe un nivel de esta estructura que contiene la información de todos los campos neuronales existente. Esta estructura es lo que en sintergia se ha denominado “hipercampo”.


LA LATTICE DEL ESPACIO TIEMPO.

La mecánica cuántica actual ha desarrollado una concepción acerca de la estructura del espacio que nos va a servir de punto de partida para intentar explicarlo.

El concepto de la lattice considera que la estructura fundamental del espacio es una red o matriz energética hipercompleja de absoluta coherencia y total simetría. 
A esta red se le denomina lattice y se considera que en su estado fundamental contribuye al espacio mismo omniabarcante y penetrado de todo lo conocido. 
La lattice permanece totalmente invisible hasta que alguna de sus porciones (por cualquier causa) altera su estado de coherencia. Una partícula elemental es precisamente una desorganización elemental de la lattice en cualquiera de sus localizaciones. Cualquier átomo o compuesto químico es una particular conformación estructural de la lattice con respecto a su estado fundamental de máxima coherencia. 
La concepción de lattice surgió de los estudios de cristalografía, porque la estructura de cualquier cristal es una lattice de alta coherencia que se asemeja a la lattice del espacio. A partir de Einstein, el concepto de espacio ha sido inseparable del tiempo, por lo que la consideración de la lattice del espacio tiempo se refiere a ambos unificándolos. 
Si la lattice desapareciera, el espacio y el tiempo harían lo mismo.

Cualquier objeto “material” es en realidad una organización irrepetible de la estructura de la lattice. En su estado fundamental de total coherencia, fuera de la misma lattice no existen ni objetos ni alteraciones temporales. Es únicamente cuando la lattice cambia su estructura fundamental que el tiempo transcurre y los objetos aparecen.


EL CAMPO NEURONAL.

El cerebro humano es la conformación más compleja conocida de la estructura de la lattice (exceptuando la estructura fundamental de la lattice misma). 
Cada una de las doce mil millones de neuronas del cerebro humano junto con todas sus conexiones anatómicas son otras tantas alteraciones de la estructura fundamental de la lattice. Cada vez que una neurona se activa y su membrana celular cambia su potencial de reposo produciendo cambios eléctricos de superficie, la lattice cambia su conformación. 
El conjunto de las modificaciones de la estructura de la lattice que resultan de toda la actividad del cerebro crea una alteración colosalmente compleja de la lattice.

Esta alteración ocurre en todas las dimensiones del espacio y se le denomina campo neuronal. El campo neuronal de un cerebro vivo contínuamente interactúa con la lattice produciendo en ella confirmaciones energéticas a las que denominamos imágenes visuales.

En realidad, el campo neuronal y la lattice firman una unidad y es la misma lattice la que sirve de fundamento al campo neuronal. Sin embargo, por razones didácticas, hablaré de interacción entre el campo neuronal y la lattice cuando haga referencia al efecto que el cerebro tiene sobre la estructura de la lattice.

El mundo que conocemos resulta de la interacción entre el campo neuronal y la lattice. 
Todos vemos un mundo similar porque la estructura de nuestros cerebros es muy parecida y por lo tanto, los campos neuronales que producimos son semejantes aunque irrepetibles y únicos en cada momento.

Existen, sin embargo, diferentes niveles de interacción y prácticamente un infinito número de conformaciones que el campo neuronal puede adoptar.

Las estructuras cerebrales que más se han utilizado durante la evolución son las más fijas estructural y energéticamente hablando. Esto explica la relativa fijeza de nuestra percepción visual. Al mismo tiempo, las estructuras cerebrales más nuevas, evolutivamente hablando, no tienen tal fijeza ni producen campos neuronales tan parecidos. Por ello las creaciones intelectuales y el pensamiento son tan variables y con tante capacidad de originalidad aunque ambos, el mundo visual y el mundo del pensamiento tienen el mismo origen en la interacción del campo neuronal y la lattice.

De acuerdo a los estudios de la conciencia que indican que ésta posee valores discretos dando lugar a niveles cualitativamente diferentes de la experiencia, es posible suponer que la interacción entre el campo neuronal y la lattice posee una congruencia solamente con ciertas bandas o niveles mientras que otras no. Por ello existen mundos auditivos diferentes de los visuales u olfativos y niveles particulares que la conciencia mística oriental conoce tan bien.

Algunos niveles de interacción solamente son accesibles después de un entrenamiento riguroso mientras que otros son más cotidianos y comunes. En todos los niveles, sin embargo, el cerebro afecta la estructura de la lattice.


EL TRABAJO DE PACHITA.

El nivel de conciencia de Pachita era extraordinariamente diferenciado. Durante las operaciones que realizaba ella era capaz de materializar y desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, le permitía realizar transplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales.

Estar junto a Pachita era una experiencia única en la cual se experimentaba el poder de su mente capaz de conocer los contenidos del pensamiento, las intenciones y las experiencias más íntimas de sus colaboradores y pacientes como si fueran un libro abierto. 
Además Pachita lograba penetrar en el tiempo prediciendo eventos futuros como si su campo neuronal en interacción con la lattice del espacio tiempo decodificara y modificara la estructura temporal de la realidad.

Todos estos portentos pueden ser explicados si se acepta la posibilidad de que las modificaciones de la lattice producidas por el campo neuronal de Pachita eran capaces de modificar sustancialmente aquélla produciendo conformaciones similares a la de los objetos (en caso de las materializaciones) o retornos a la estructura de la lattice de los objetos (en el caso de las desmaterializaciones).

Pachita poseía un control único sobre su campo neuronal transformándolo y modificando con él a la estructura de la lattice. 
Aunque sus efectos parecían ser milagrosos se basan, de acuerdo con esta hipótesis, en el mismo mecanismo que todos utilizamos para crear nuestras imágenes o nuestros pensamientos.


LOS ÓRBITALES DE LA CONCIENCIA.

De acuerdo a la hipótesis que he presentado, el campo neuronal de Pachita era capaz de interactuar en forma congruente con una banda de la lattice que ella denominaba Cuahutémoc. 
A estas bandas la teoría sintérgica las denomina orbitales de conciencia. La teoría sintérgica sostiene que la experiencia es la interacción del campo neuronal con la lattice.


LA CONCIENCIA DE UNIDAD.

El campo neuronal es capaz de mimetizar la estructura fundamental de la lattice. Esto se logra encrementando la coherencia ínter y transhemisférica. Cuando la coherencia cerebral es así incrementada, el campo neuronal deja de modificar la estructura fundamental de la lattice y la conciencia se vuelve de Unidad. 
En este estado de Unidad total desaparece el ego y el sujeto de la experiencia se vuelve una especie de “rey de la creación” capaz de modificar la realidad desde sus orígenes.

No puedo explicar la existencia de Pachita y sus efectos a menos que acepte que ella había logrado llegar a la conciencia de Unidad. Esto me explicaría su capacidad de reconocer cualquiera de las mentes que se le aproximaba y su habilidad de hacer aparecer su conciencia en diferentes localizaciones del Universo. 
Pachita decía ser capaz de salirse de su cuerpo y hacer aparecer su experiencia en localizaciones extracorpóreas. Esta capacidad implicaba entre otras la de poder focalizar su atención total en diferentes porciones de la lattice.


EL FACTOR DE DIRECCIONALIDAD Y EL PROCESADOR CENTRAL.

Normalmente hacemos algo similar con nuestra atención; la focalizamos en diferentes regiones de la interacción entre el campo neuronal y la lattice. 
La capacidad atentiva de Pachita era, sin embargo, extraordinariamente acrecentada. En ambos casos; la de la atención normal y la de la acrecentada, se requiere de un factor explicativo además de la interacción entre campo neuronal y lattice. A este factor la teoría sintérgica lo denomina factor de direccionalidad.

El factor de direccionalidad hace aparecer la experiencia consciente en diferentes regiones de la lattice y requiere de la existencia de un controlador del mismo al que la teoría sintérgica denomina procesador central. Acerca de éste último poco se sabe y solamente se puede conjeturar que pertenece al Observador independientemente de la lattice y el campo neuronal.

Este Observador en diferentes tradiciones se ha denominado Ser, Purusha o Atman. La existencia del Observador se encuentra en la frontera del conocimiento científico precisamente por la necesidad de considerarlo independiente de la lattice. La aceptación del Observador como independiente del mundo físico no ha sido aceptada por la ciencia aunque para Pachita era una realidad incuestionable.


EL HIPERCAMPO.

Una consecuencia de todo lo que antecede es la idea de que sumada a la organización propia de la lattice y a su interacción con el campo neuronal, sea necesario considerar a las interacciones entre todos los campos neuronales existentes en el seno de la lattice. A esta lattice que incorpora todos los campos neuronales se le denomina hipercampo.

Pachita parecía poseer la capacidad de decodificar el hipercampo conociendo, de esta forma, el estado de la conciencia planetaria. Esta capacidad de decodificación no era pasiva puesto que ella afirmaba que, a través del Hermano Cuahutémoc se realizaban misiones planetarias de direccionalidad y modificación del hipercampo.

Cualquier alteración del hipercampo afecta a todos los campos neuronales y por lo tanto determina cambios en la conciencia individual y colectiva.

Una de las facetas más extraordinarias de Pachita era precisamente su trabajo en el hipercampo y su ideal de transformación para el bien de la humanidad.

Jacobo Grinberg-Zylberbaum.

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