La estructura básica de la escolarización moderna fue asentada durante la toma del poder de la India por parte de los británicos a finales del siglo XVIII.
Durante
aquel período, en aquel preciso lugar, se descubrió que los secretos del éxito
en el control de las masas residían en ocho directrices utilizadas por la
aristocracia hindú en el tipo de formación primaria dirigida a la joven plebe:
1)En
lugar de desarrollar habilidades, ejercitar la memorización.
2) En
lugar de ejercicios destinados a formar una opinión propia, inculcar
determinados hábitos y actitudes.
3)Poner
límites estrictos a las preguntas de los estudiantes.
4)Poner
límites estrictos a la asociación entre estudiantes.
5)
Frecuentes pruebas sobre el material memorizado. Hacer pública la calificación
obtenida en las pruebas.
6)Denegar
al estudiante todo derecho a iniciar un currículum personal.
7)Larga
reclusión en condiciones de inmovilidad y silencio.
8) En un
entorno extraño, entre personas y rutinas extrañas, colocar al estudiante bajo
la dirección de extraños que ponen freno a toda
tentativa
de establecer una relación alumno-profesor personal.
Esta
receta impresionó al capellán militar británico Alexander Bell, que publicó una
versión de la misma en 1797 en Londres.
Pensó
que una receta tal podría resultar de utilidad para dirigir el propio orden
social clasista de Gran Bretaña.
Pocas
veces un único y breve ensayo ha tenido tanta influencia en la historia
mundial. Al cabo de poco tiempo, las palabras de Bell eran leídas con interés
en los círculos gubernamentales del mundo entero.
John Taylor Gatto.
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